Tócame. HOPEV.

27

Apoyo la frente en los azulejos, desnudo y con el agua cayendo por su espalda, los músculos de sus hombros y omóplatos marcados por la tensión a medida que su mano derecha subía y bajaba con más ímpetu al envolver su entrepierna, dura y sensible.

<< ¿Por qué él? >>

Era la pregunta que rondaba en su mente una y otra vez, hasta que ya no podía pensar en nada más, sólo asegurándose al mismo tiempo que las imágenes obscenas apareciendo frente a él no se iban a esfumar, viéndolas tan claras cuando cerraba los ojos. Era desesperante la sensación del deseo y la frustración de no poder hacerlas realidad.

Se relamió los labios mojados, tan rojos e hinchados de morderlos acallando los gemidos desde el fondo de su abdomen. 

Ni siquiera el agua fría sobre su piel lograban que el toque de los labios del escultor se borraran de su piel. De su cansada mente. 

La sensación de su lengua rozando su labio inferior, su cálida respiración, todo suave y malditamente dulce provocaban una electricidad directa a su zona más sensible. Un escalofrío volvió a recorrer su espina dorsal a medida que hacía el movimiento de su mano más rápido, abriendo los ojos y viendo, en una vivida ilusión, de rodillas frente a él dos ojos inescrutables mirándole fijo con una boca atractiva alrededor de su fuego totalmente empapado. 

<< Hobi hyung >> pronunciaban sus labios cuando dejaba de lamer, chupando su labio inferior, pestañeando, sonriendo mordaz, una y otra y otra vez, viéndose lujurioso y placentero que le hizo volver a cerrar los ojos, echando la cabeza hacia atrás, ante el profundo hormigueo que recorrió su parte baja, apretando la mano apoyada sobre los azulejos de la ducha, tensando su cuerpo y expulsando toda su excitación en un gemido ahogado por el sonido del agua.

<< Estúpido Taehyung >>, fue lo primero que pensó al volver abrir los ojos y suspirar al fugaz alivio que le recorrió el cuerpo cuando volvió apretar los labios, sintiéndose un total desastre.

- ¡Hoseok! -escuchó un grito en el pasillo que le hizo pegar un salto, recargando la espalda contra la pared del baño y luego cerrando el grifo de la ducha. Namjoon, fuera de la puerta, exclamó-: ¡Báñate más rápido, no gastes el gas antes de que termine el mes!, ¡Lo que sea que estés haciendo, puedes hacerlo seco y en tu habitación! 

Hoseok gruñó cerrando los ojos, su ceño fruncido ahora pegándose a la pared cuando se dio la vuelta con aire derrotado y apoyo los dos brazos por encima de su cabeza.

- ¿Hoseok?, ¿Me escuchas? -volvió a insistir, tocando la puerta dos veces. Hoseok gimió con frustración aún más alto-. ¡Maldición, podrías dejar de jugar con tu amiguito cuando te estoy hablando, maldito marrano!

- ¡Ya te escuché y no me la estoy...! -exclamó exasperado, interrumpiéndose al sentirse un total estúpido al sonrojarse con más bochorno, mintiendo como un adolescente en plena pubertad-, ¡No estoy haciendo eso!

Hoseok no era de los que se daba placer constantemente, varias veces lo había intentado pensando que podría relajarse, pero siempre se quedaba con una sensación de insatisfacción en todo el cuerpo. Mel podría tener razón, tal vez también le daba algo de repulsión tocarse así mismo. Simplemente, Hoseok no era de tacto. 

Pero ahora algo estaba cambiando en él, algo distinto, algo que antes parecía de hierro, pero ahora se estaba convirtiendo en algo tan maleable que le estaba dando miedo.

Usualmente se dejaba tocar por sus más cercanos cuando estaba realmente consciente, ponía un gran esfuerzo en que su cuerpo no se alejara y dejara de sentir esa asfixiante sensación de angustia en su estómago. Nunca había tenido deseos de tocar a alguien porque simplemente le diera la gana. Jamás porque sí.