Ella empieza a presenciar raros acontecimientos en su hogar. Está aterrada.
Decide empezar a escribir notas en su celular por si algo algo grave ocurre. Serán su testimonio.
Más allá de nuestra galaxia alguien llegó para hacerla cuestionarse no habe...
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UNDÉCIMA NOTA
Estoy en un bus ahora viajando hasta el final de la ruta, luego tomaré el de regreso.
He permanecido atrapada en mi departamento durante toda la mañana por voluntad propia, acurrucada en una esquina del sofá con una taza roja humeante de té que me esperaba en la mesita central, cobijada por una manta de colores. Mi tiempo libre estaba siendo utilizado para analizar cuán sola me sentía realmente.
La soledad estaba carcomiéndome, aferrándose con gruesas raíces que envolvían mi corazón.
Este era mi momento ruidoso, nadie hacía alboroto en el departamento, es mi interior quien gritaba.
Probablemente lo correcto sería pensar que mientras me tuviera a mí misma este sentimiento de soledad me debería ser ajeno, dominarme porque era suficiente contar conmigo misma. Los vacíos de mi interior existían y yo sola era insuficiente para llenarlos, sanarlos.
La taza con el líquido caliente se estrelló de repente contra el suelo explotando la burbuja donde estuve envuelta.
Mi corazón que latía inquieto y angustiado brinca, cambió de ritmo.
No estaba totalmente sola, esa presencia aterradora estaba conmigo aunque el conforte que anhelaba era distinto.
Si fuera una persona normal ya hubiera huido de aquí. Tampoco contaba con suficiente dinero para alquiler otro lugar.
Si alguien fuera leer esto tenía una pregunta que realizar: ¿Hubieras abandonado sin importar las circunstancias el lugar donde resides si eran testigos de eventos extraños que los llenaban de miedo o insistirían en quedarse?
