Ella empieza a presenciar raros acontecimientos en su hogar. Está aterrada.
Decide empezar a escribir notas en su celular por si algo algo grave ocurre. Serán su testimonio.
Más allá de nuestra galaxia alguien llegó para hacerla cuestionarse no habe...
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TRIGÉSIMA QUINTA NOTA
Me sigue a todas partes donde quiera que fuera dentro del departamento, igual que un pequeño cachorro que su dueño se a vuelto su mundo entero.
Yoongi quería seguirme sin perderme el rastro ningún segundo, menos si podía evitarlo. El horarios donde me encontraba ausente para repartirme entre los estudios y el trabajo son los momentos que han evitado el extraterrestre se detuviera de invadir mi espacio personal, ni siquiera ello fue por su voluntad, frustrada había casi gritado que no podía ir por la calle siendo perseguida por un "muchacho" de aspecto raro sin llamar la atención del resto. El pelinegro entendió mi explicación sin renegar y no volvió seguir los pasos que iba dejando atrás en la calle.
Lo de querer entrar en el baño conmigo lo entendió después que consiguiera cerrarle la puerta en su mismísima cara. Fue la oportunidad perfecta de escucharlo quejarse por lo bajo del dolor físico, soltó una casi inadvertido queja, era capaz de sentir dolor. Maliciosamente disfruté ese momento.
Por otra parte estaba su proceder dando la imagen de un psicópata de permanecer de pie en una esquina de mi habitación para verme dormir. ¿Cuántas veces había estado ocurriendo eso sin que me diera cuenta? Un escalofrío todavía recorre mi espalda solo de pensarlo. Inaceptable. Así que establecí el sofá de la sala como su cama personal, de todos modos era ya suya. Ahí llegó otro descubrimiento acerca de su nulo sueño.
¿Si Yoongi volvía mientras dormía?...
Lo he visto susurrar cosas para sí mismo. Son murmullos incomprensibles. Las marcas a lo largo de su brazo sigue siendo un misterio.
No ha existido ni una sola noche hasta ahora donde no lo viera deslumbrarse con el cielo cuando abre las ventanas. Le fascinan la luna y las estrellas. Su fascinación era evidente. Sin mucha efusividad mostraba más que un millón de caras radiantes por una belleza efímera.
Resultaba ser una criatura interesante. Se volvía aún más fascinante con cada pestañeo que daba.
Si continuaba de esta manera las probabilidades sobre que pensará desesperadamente en Él cuando no lo viera serían altamente razonables.
