Ella empieza a presenciar raros acontecimientos en su hogar. Está aterrada.
Decide empezar a escribir notas en su celular por si algo algo grave ocurre. Serán su testimonio.
Más allá de nuestra galaxia alguien llegó para hacerla cuestionarse no habe...
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Llevaba el ritmo de caminar de un humano promedio que esperaba llegar pronto a su lugar de destino, podía apresurar mi paso pero ello conllevaría llamar la atención innecesariamente de los peatones que caminan cerca. No hacer uso total de mis capacidades formaba parte de la adaptación a este planeta donde sus seres vivientes no poseían ninguna capacidad física superior. Debía tratar de acoplarme a esta población, intentar ser como uno de ellos si quería quedarme, ocultar mis poderes lo estaba manejando notablemente. Algunos humanos de intuición desarrollada les dejaba saber que yo no era del todo normal, normal entre ellos, sin embargo actuar indiferente ante sus miradas era la solución para callar sus conjeturas, seguían de largo cuestionándose a sí mismos por sus pensamientos. Incluso algunos terrestres han notado mi marca personal, atribuían mi distintiva cicatriz era producto de un accidente. Yo había nacido con la mía, era una de nacimiento, única en cada portador.
En realidad, mi andar pausado se debía que estaba encontrando paciencia para dejar a ese hombre despreciable en una pieza ahora que voy en su búsqueda.
Las luces de las tiendas y postes iluminan las calles. Si mis sentidos no fallaban estaba cerca del lugar donde Jonghee residía. Fue fácil seguir su rastro, habíamos estado lo suficientemente cerca para captar su despreciable esencia. Ese hombre infame la lastimó frente a mí.
Seguía alucinando con mi humana siendo mi novia, era una constante explosión cósmica recordarme que eran reales nuestros sentimientos mutuos. Sentirla bajo el tacto de mis dedos. Tan real. La textura de sus labios. Tan real. Sonriendo sobre mi hombro. Sumamente real. Por ella me encaminaba hacia el lugar donde un largo período la vio crecer, dándole recuerdos dolorosos. Jonghee debía tener un escarmiento. Fue despreciable verlo querer imponer autoridad sobre ella. Seguía constatándome que cierto porcentaje de la humanidad era sumamente peligrosos y egoísta (Y no sabía que tan alto podía ser ese porcentaje)
Jonghee ha estado acechándola desde antes de su intromisión reciente. Note la presencia de este individuo después de unos días de haberme instalado secretamente en casa de mi amada. Desde un punto ciego donde la muchacha era ignorante de su presencia estuvo observándola detenidamente a través de unos binoculares. Era totalmente diferente a lo ella creía, no era cierto que él jamás se acercó a su departamento antes de esta ocasión. Estuvo espiándola hasta que lo ahuyente. En ese momento no sabía que se trataba de su hermano, supuse era un acosador, me advirtieron de este tipo de sujetos que desarrollaban un trastorno obsesivo hacia su victíma. Intervine pensando en mí en esa oportunidad, centrándome en no dejar rastros ni testigos de mi existencia. Desde ahí no volvió aparecerse escondido en las sombras.
Esa tarde hubiera querido destrozar los huesos de esa mano que se atrevió a golpearla, estrujarlos hasta que ellos se convirtieran en polvo. Hubiera podido conseguirlo sin dificultad. Mi humana lo impidió, no quiso que usara la violencia.
Me detengo frente a la casa que despide el olor lastimero de hombre humano. El olor de ese sujeto, no percibo que alguien lo estuviera acompañando, está solo, mientras menos personas estuvieran involucradas sería mejor. Aunque una lección a los padres que crearon e instruyeron a este hombre no estaría mal. Concentro mi mente en la energía que brotaba de su cuerpo, logró transportarme hacia ese espacio de la vivienda donde aguarda. Es elemental saber teletransportarse, esa tan era útil. En segundos estoy dentro.
