Ella empieza a presenciar raros acontecimientos en su hogar. Está aterrada.
Decide empezar a escribir notas en su celular por si algo algo grave ocurre. Serán su testimonio.
Más allá de nuestra galaxia alguien llegó para hacerla cuestionarse no habe...
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Las estrellas parpadeantes me llamaban. Gritaban mi nombre pidiéndome regresar al lejano lugar de donde provenía. Solo puedo permitirme venerarlas desde la ventana del hogar de la humana por la cual me sentía tan atraído.
Extrañaba Bangtan no podía afirmar lo contrario, sobre todo sus sonidos melodiosos y sinceros con los que solíamos convivir a diario. La música era sin duda lo que hacía especial, irrepetible, diferente a mi planeta natal de otras con las que compartimos el universo. Mi civilización era representada por el factor único que era ficticio poder copiar, el conjunto de sonidos naturales variados creados del ambiente.
Sin embargo volver estaba lejos de mis planes próximos, la razón ni siquiera era la misión que se me encomendó antes de mi llegada al planeta azul. Incluso recopilar la información que se me pidió investigar estaba olvidada, aunque si se analiza desde otra perspectiva viéndola actuar a ella y su entorno era suficiente para rellenar mi base de datos. No quería usarla como una prueba, no quería que los otros supieran lo que aprendí sobre la chica de cabellos largos. Precisamente este ser femenino impedía mi retorno.
Aunque no tenía fecha establecida para regresar, lo norma general calcula que mi civilización trata de establecer sus investigaciones promediando en calculo lo que sería un año humano. El tiempo que estaba fuera de mi planeta había superado el tiempo usual. Iba fuera dos años y medio. ¿Mi tardanza les sugeriría un fracaso a los habitantes de Bangtan?
Esta noche mi raciocinio esta desinteresado en esos temas rígidos.
Estaba repasando lo que me trajo aquí junto a ella.
Sentimientos.
Estaba interesado en aprender de ellos cuando los primeros indicios de investigaciones compartidas en el espacio llegaron a Bangtan desenterrado nuestro pasado donde esas emociones eran parte nuestra, los cuales por algún acontecimiento dejamos atrás después de un largo debate que tuvieron nuestros antepasados. Dejamos los sentimientos olvidados y fuimos capaces de seguir adelante como civilización.
Se trataba de la música de donde procedía nuestra creación. Un ápice de vacío percibía en la música que creamos, varias veces aspiré encontrar que se debía ese vacío. Cuando la respuesta no llegó fui incapaz de volver a componer, aportar energía a mi planeta. Obtuve el desapruebo de muchos pero nunca lo decían directamente. Por supuesto, nada era directamente.
Diariamente distinguí la normalidad con lo que todos actuaban sin verse nada afectados por aquello yo era capaz de ver. Los verdes senderos donde los animales paseaban libremente en todas partes eran los cómplices de mis pensamientos. En una de esos recorridos puede entender lo que me sucedía, entender el motivo de mi incapacidad. Yo no era un ser defectuoso. Necesitaba mi conexión.
Necesitaba explorar, exponer mis sentimientos que se me fue impuesto relegar de mi cuerpo.
Exponerlos como hicieron aquellos compañeros míos sin saber que están siendo imprudentemente acechados. Recordaba esconderme detrás de arbustos rogando que ninguno de los animales cercanos quisiera acercarse para llamar mi atención.
