UNA NOVELA ROMÁNTICA

68.7K 8.8K 3.1K
                                    

Es la misma situación tensa que ayer, y a la misma hora. No sé cómo puede estar tan tranquila. Yo no soporto la tensión que hay en el ambiente. ¿Quién se cruza con un vecino y apenas habla? Pues tal vez mucha gente, pero yo no. Yo necesito entablar conversación:

—Podrían poner musiquita aquí dentro, ¿verdad?

No he podido quedarme callado. ¿Somos personas o sigilosos espectros? Pues ella parece ser esto último.

—Me gustaría que pusieran —sigo—, alguna canción de... Oh, ¡sí! ¡De Adele!

No soy muy fan de la artista, pero uno debe reconocer que tiene éxito, y que la probabilidad de que a ella le guste es alta.

—Por ejemplo, esa que dice —me atrevo a cantar—: «Shine bright like a diamond... Shine bright like a...». —Me detengo al escuchar la torpe carcajada que la chica ha intentado contener—. Vaya. ¿Tan mal canto?

Mi voz no será capaz de hacer dar la vuelta a un coach de La Voz, pero sí a la misteriosa vecina. Ha funcionado. Se ha vuelto hacia mí. Ya puedo verle el rostro: enrojecido y con una leve sonrisa que intenta ocultar.

—No te quería ofender.

—Tranquila, no me he ofendido.

Y es la verdad. Estoy orgulloso de haber podido sacar un tema de conversación.

—Me gusta Adele. Me reía porque...

—¿Porque no esperabas encontrarte con su hijo secreto, eh? —me adelanto, bromista.

—Justo eso...

Aprovecho que está algo más receptiva para preguntar:

—¿Qué lees? —Señalo la novela que lleva junto al maletín.

Ella arruga el entrecejo, reflejo de la batalla interna que lidia para decidir si debe responder. Al cabo de un par de segundos, contesta:

—Nada importante.

—Venga, dime... ¿Y si lo acierto?

Se lo piensa, pero tampoco tenemos mucho más tiempo. El ascensor ya va por la quinta planta, la sexta...

—Prueba —me reta.

Recupero mi faceta de psicólogo —o de idiota que se cree psicólogo—, y la analizo: viste una sudadera gris que le queda muy holgada y cuyas mangas tiene que recoger constantemente, pantalones vaqueros tan grandes que los arrastra... Me recuerda a un fantasma.

—¡Lees a Stephen King! —apuesto por el maestro del terror.

Tras lanzar el triple, el ascensor se detiene. Hemos llegado. La chica sale, pero esta vez no tiene tanta prisa. Se ha quedado en el rellano, frente a mí.

—Has fallado. —Alza los hombros y declara—: Leo El diario de Bridget Jones, de Helen Fielding. —Me enseña la portada.

Sorprendido, mis ojos se abren cuando el ascensor se cierra. No me lo esperaba en absoluto. Es una novela romántica. Y no se trata de una tragedia de Shakespeare, una de esas obras de amor que acaban en desastre. No, se trata de El diario de Bridget Jones, la graciosa historia de una desesperada británica en busca de su pareja ideal.

Estaba muy equivocado. Lo que significa que soy mucho más idiota que psicólogo, y que no la conozco en absoluto. Esto último me molesta mucho porque, aunque no entiendo el porqué, la quiero conocer...



----------

¿Qué pensáis sobre la chica? ¿Conseguirá Andrés conocerla? De momento, en el siguiente capítulo, repasaremos lo poco que éste sabe de ella... 

¡En unas horas subiré dos capítulos más!

¡En unas horas subiré dos capítulos más!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


69 SEGUNDOS PARA CONQUISTARTE (EN LIBRERÍAS Y WATTPAD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora