69 SEGUNDOS PARA CONQUISTARTE (EN LIBRERÍAS Y WATTPAD)

SESIÓN DE CINE

—«Shine bright like a diamond... Uh oh-oh...» —Entro cantando en casa—. «Shine bright like a diamond...».

—¡Qué feliz viene nuestro Andresote! —se alegra Maria al escucharme.

Avanzo y me siento junto a ella en el sofá, dejando a Verony —que está entretenida leyendo— a un lado.

—Sí, hoy estoy contento.

—Ya se ve, ya. ¿Y desde cuándo te gusta Rihanna?

—¿Rihanna?

—La canción. Es Diamonds, de Rihanna —me dice.

—No. Es de Adele. —Insisto—: Adele.

—Andrés, es de Rihanna.

—No...

—¡Sí! —Me asegura—: Fijo.

—Joder... ¡Qué bochorno! —musito—. Ahora entiendo por qué se reía tanto.

—¿Quién?

—Nada. Mejor cambiamos de tema —propongo, en un intento de quitarme la vergüenza del cuerpo—. ¿Qué tal todo?

—Con ganas de acabar las prácticas y dejar de pelar chuchos, pero supongo que bien. Al menos hoy no me han reñido por dejar calvo a ninguno.

Maria está haciendo un curso de peluquería canina, mientras, trabaja los fines de semana bailando en una discoteca de la zona, para poder pagarse el curso y su parte del alquiler.

—No sé qué haces estudiando algo que no te gusta...

Se encoge de hombros y justifica:

—Es un curso que dura poco tiempo, y al menos con él tengo trabajo asegurado. Mi tía me dijo que ella me contrataría. Tiene una peluquería canina que a su vez es un centro de estética. Como dice su eslogan: «Mientras te hacemos un tratamiento de belleza, a tu perro lo peinamos de los pies a la cabeza».

—Veo que lo de las rimas viene de familia.

—Exacto —se enorgullece—. Y tendrías que saber el nombre del negocio.

—Sorpréndeme.

—Es... ¡Estética Falo! —Suelta una carcajada—. Fue el hazme reír de todo el pueblo.

—¿Falo? —repito.

—Así es. Mi tía se llama Fátima, de ahí viene el fa, y mi tío, Logan, de ahí el lo. Fa-lo —concluye, y bromea—: Imagínate cómo será el tratamiento de pepino que ofrecen.

—¡Maria! —exclamo y nos echamos a reír.

Las risas nos abren el apetito y convencemos a Verony para cenar. Nos ha preparado hamburguesas, uno de los platos favoritos de Maria, lo que significa que hoy no habrá protestas sobre la comida.

Cuando terminamos, recogemos la mesa y regresamos al sofá, donde supongo que discutiremos por el mando. Se avecina la batalla...

—¿Qué vamos a ver? —pregunta Maria.

—He oído que dan una película bastante buena en el canal tres —comenta Verony.

—Ay, ¡sí! ¡Cierto! Me lo ha comentado la dueña de un mastín, mientras peinaba al perro. Me ha dicho que es una peli bastante graciosa.

—¡Sí! ¿La vemos? —se emociona Verónica.

—¡Claro!

Yo estoy perdido. No sé de qué hablan, pero como parecen tan ilusionadas, no me atrevo a oponerme. Para una vez que están de acuerdo.

—Venga, ponedla —acepto.

Verony se levanta a apagar las luces, Maria no tarda en encontrar el canal, y llegamos a tiempo de ver los créditos de apertura. Que comience la sesión de cine.

—¡Peliculóóón! —gritan las dos.

—¡Sí! ¡Peliculón, peliculón! —me uno, tarde—. Y, chicas, si se puede saber, de qué va exactamente esta...

—¡Chssst! —me mandan callar.

Suspiro vencido, y presto atención a la televisión, aunque no tanto como mis compañeras. Estas parecen hurones inspeccionando la zona: cuello estirado y ojos salidos. No sé qué estamos viendo que las emociona tanto, hasta que el título de la peli aparece en el centro de la pantalla: El diario de Bridget Jones.

Los músculos se me tensan y exclamo:

—¡Ay! No me lo puedo cre...

—¡Chssst! —protestan los hurones.

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Vale, reconozco que me gustaría unirme al plan. Quiero ver la película con ellos Jajaja

Espero que la novela os esté gustando y muchas gracias por todo el apoyo que está teniendo. Recordad que subiré nuevos capítulos todos los miércoles, jueves y domingos. Espero que os gusten y ¡¡GRACIAS!!