Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||

11.- Encuentro (*)

No he podido detener mi llanto desde que salí del estacionamiento del edificio de Jack, me sorprende no haber tenido un accidente en todo el camino puesto el estado en el que me encuentro no era el adecuado como para manejar hasta la casa de Anna.

Ruego internamente porque ella se encuentre en casa, el auto de Will se encuentra estacionado justo en la puerta lo que me hace aumentar las esperanzas de que ella se encuentre también en casa.

Me bajo del auto, no me preocupo en colocarle la alarma, solamente camino con pasos apresurados hasta colocarme en la puerta de la casa de mi mejor amiga. Toco el timbre con insistencia, no solía ser una persona impaciente, pero en estos momentos sentía que podría desmoronarme en cualquier momento. Vuelvo a tocar el timbre cuando nadie parece responder al primer llamado.

— ¡Ya voy! —Reconozco la voz de William del otro lado de la puerta. En poco tiempo la puerta se abre y me encuentro frente a él. La confusión y preocupación invaden su rostro cuando me mira.

— ¿Qué es lo que pasa? —No respondo de inmediato, él pasa su brazo alrededor de mi cintura para hacerme entrar a la casa—. Montse, tranquila.

—A-Anna —tartamudeo—. Necesito hablar con ella.

—Está descansando arriba, vamos —el extiende su mano en mi dirección y la tomo casi enseguida, no nos toma mucho tiempo llegar hasta la habitación en donde mi mejor amiga se encuentra.

— ¿Quién...? —Anna deja la frase inconclusa, se incorpora con rapidez para poder llegar hasta donde me encuentro.

— ¿Qué ha pasado? —Cuando me envuelve entre sus brazos, todo lo que hasta el momento estaba conteniendo parece librarse.

Escucho la puerta de la habitación cerrarse y entiendo que William ha salido de la habitación.

—Tranquila Montse, que le puede hacer daño al bebé —intento tranquilizarme, cuando creo haberlo conseguido me separo de ella y me dejo caer con suavidad en la cama.

— ¿Qué es lo que ha pasado? —Vuelve a preguntar.

—No lo ha aceptado —Pronuncio sintiendo como las lágrimas comienzan a llenar mis ojos de nuevo —Me ha insultado, me ha llamado mentirosa y ha dicho que solamente quiero aprovecharme de su dinero, como si eso me importara Anna. No necesitaba nada más de él, nada más que su apoyo.

—Jodido idiota —masculla con evidente molestia—. No puedo creer que haya hecho eso.

No consigo dar una respuesta, ahogo el sollozo cuando los brazos de Anna me envuelven.

—Dijo cosas horribles —expreso—. Casi me trato como una...

—No, no lo digas —pide acariciando mi espalda—. No lo eres, no lo serás nunca. —asegura—. No lo necesitas cariño, tú eres una mujer fuerte que no va a tener que depender de él. Eres perfectamente capaz de sacar adelante a ese bebe con o sin su ayuda.

—Lo sé —respondo en un hilo de voz—. Pero creo que en el fondo mantenía la esperanza de que se hiciera responsable de nuestro bebé, pero...he esperado demasiado de él.

—No vas a estar sola. Me vas a tener a mí, a Will y estoy segura que a tus padres también. Ellos sí que van a apoyarte Montse.

—Espero que así sea —Respondo cerrando los ojos por algunos segundos —Si ellos deciden darme la espalda no sé qué voy a hacer. —confieso con pesar.

Porque era cierto, mis padres eran los seres más importantes para mí. Si ahora me encontraba ya aterrorizada, sin su apoyo me sentiría mucho peor.