Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||

30.- Errores del pasado (*)

Montserrat

Ruedo los ojos cuando Dave pronuncia lo mismo por enésima vez. Comenzaba a desesperarme el hecho de que insistiera sobre que mi relación con Jack no terminaría bien.

—Dave ¿Cómo tengo que explicarte que Jack y yo no tenemos nada? —inquiero con fastidio cruzándome de brazos—. Esto comienza a ser verdaderamente molesto, ya dije una vez que no somos ni seremos nada ¿Entendido?

—Lo tratas con demasiada amabilidad —reprocha—. Puede aparecerse en tu departamento cuando se le venga en gana y tú lo recibes con los brazos abiertos.

—Justo como lo hago contigo —le recuerdo—. Es el padre de mi hijo, si él quiere venir aquí puede hacerlo. Y de verdad, si vas a seguir con esta discusión es mejor olvidar los planes que tenemos para hoy.

—No, no. —Se apresura a negar—. De acuerdo, dejaré de fastidiarte con ese tema porque en verdad quiero ir a comprar las cosas para la decoración de la habitación de ese bebé.

Una pequeña sonrisa se filtra en mis labios mientras asiento. El sexto mes había llegado, y con él los preparativos de la habitación que mi bebé ocuparía también había iniciado.

—Perfecto, entonces voy por mis cosas y nos vamos—. Dave asiente mientras me sonríe, cuando estoy por dirigirme a mi habitación, el sonido del timbre me interrumpe.

—Ve, yo abro —Se ofrece mientras comienza a caminar hacia la puerta. Le hago caso y me dirijo a mi habitación, localizo mi bolso sobre la mesa de noche por lo que lo tomo, me aseguro de tener mi cartera y celular dentro y todo lo que pudiera necesitar para después regresar.

— ¿Quién era? —inquiero mientras busco las llaves de la casa en el interior de mi bolso.

—¿Por qué rayos dijiste que no se encontraba en casa? —Inmediatamente levanto la vista cuando escucho la voz de Jack, se encuentra cruzado de brazos mientras observa a Dave con reproche.

—Jack —Me apresuro a hablar antes de que Dave pueda decir algo que haga más grande la incomodidad que ya comienza a sentirse—. No te esperaba por aquí hoy.

Él deja de mirar a Dave para centrar su atención en mí, una pequeña sonrisa se filtra en sus labios mientras esquiva a mi amigo para poder ingresar al departamento.

—Debí llamar, lo sé —confiesa—. Pero creí que sería buena idea que vayamos a ver algunas cosas para nuestro bebé ¿Qué opinas? Mi madre me ha sugerido una tienda en donde podremos encontrar todo lo necesario.

Una mueca se plasma en mis labios, dirijo mi mirada hacia Dave quien me observa con una ceja alzada.

—Oh, Jack. Suena genial pero ya tengo planes —respondo señalando a Dave. Omito decir cuáles son los planes que tenemos porqué sé que eso lo molestaría, y no quería otra discusión hoy.

—Si amigo, creo que estás atrasado —comenta Dave. Le hago una seña lo más discretamente que puedo para indicarle que guarde silencio, pero él me ignora completamente—. Montse y yo iremos a comprar las cosas para la habitación del bebé.

El cuerpo de Jack se tensa, aprieta los puños antes de tomar una inhalación y observarme.

— ¿Es cierto? —Me cuestiona, hay un rastro de esperanza en su mirada. Aún con la mueca en labios le dedico un asentimiento.

—Sí, me ha parecido una buena idea y...

—Estupendo entonces —masculla. Sé que está enojado, puedo verlo en la forma de sus movimientos. —Espero que para la próxima me tengas en cuenta para ver cosas relacionadas con nuestro hijo.