Extra

66.5K 3.2K 549
                                    


Montserrat

No podía estar más feliz en estos precisos momentos, no podía hacer otra cosa que no fuera sonreír como una mujer completamente enamorada.

—Jack, apresúrate que si no perderemos el avión —Pronuncio mientras apresuro mis pasos atravesando el aeropuerto para llegar hacia la puerta que nos permitiría subir al avión.

—Lindura, camina un poco más despacio —Pide Jack prácticamente corriendo para poder alcanzarme, se cuelga la mochila en la espalda mientras toma mi mano. —Aún tenemos unos minutos para poder subir al avión ¿Por qué tienes tanta prisa?

— ¿En serio lo preguntas? ¡Es que no puedo con la emoción! —Exclamo. La chica encargada de revisar los pases nos indica que podemos pasar, no puedo bajar la velocidad de mis pasos si no es hasta que nos encontramos dentro del avión intentando localizar nuestros asientos.

— ¿Lo ves? Casi nadie ha abordado el avión —Comenta Jack cuando ya nos hemos colocado en nuestros asientos. —Además, por mucho que nos demos prisa las Islas Maldivas esperarán por nosotros lindura.

Un chillido de emoción abandona mi boca cuando el pronuncia el destino de nuestra luna de miel.

—Estoy tan emocionada, no puedo creer que ya estemos casados y que estemos abordando ahora mismo un avión hacia las Islas Maldivas.

—En realidad no estamos abordando un avión hacia ahí, tendremos que hacer un vuelo de escala pero... —Jack se calla en el momento en el que se percata de la mirada que le dedico.

—No mates mi ilusión ¿de acuerdo? Entiende que es la primera vez que viajo hacia ahí, y me hace tanta ilusión conocer ese lugar contigo. —Murmuro. Él sonríe mientras cruza un brazo detrás de mi cuerpo.

—No intento matar tu ilusión —Se disculpa —Estoy encantado de que estés tan emocionada por esto.

—Ni que lo digas —Sonrío recostado mi cabeza sobre uno de sus hombros, mi mirada viaja por mi brazo hasta llegar a mi mano, mi sonrisa se agranda cuando miro el anillo que se encuentra en mi dedo.

Sigue siendo tan increíble como la primera vez que Jack me lo entregó, y ahora pareciera serlo aún más.

Habían pasado apenas algunas horas desde que la boda había finalizado, no habíamos tenido mucho tiempo después de eso por lo que estábamos con las prisas, intentando no perder el vuelo que nos llevaría hacia nuestra luna de miel.

Hannah se había quedado con mis padres, sabía que la estaba dejando en buenas manos pero eso no había hecho que me costara menos separarme de ella. Jack había insistido en traerla, y aunque a mí también me hubiese encantado que nuestra pequeña nos acompañase, sabía que no íbamos a disfrutar completamente de igual manera si Hanny hubiese venido con nosotros.

— ¿En qué tanto piensas? —Cuestiona Jack — ¿En Hanny?

—En todo —Respondo mirándolo —En nuestra nena, en nosotros, en nuestra boda, en la luna de miel. —Me separo de su cuerpo para mirarlo por algunos segundos. —Y en lo mucho que te amo.

—Eso ya lo sabía —Dejo un golpe en su brazo en cuanto el responde, Jack ríe mientras toma una de mis manos, entrelazando nuestros dedos.

—Será un vuelo largo —Añade —Deberíamos aprovechar para descansar ¿no lo crees? Así podremos disfrutar completamente cuando aterricemos.

—Descansaré a gusto si el asiento me lo permite —Murmuro con una mueca —Sino al menos espero que aterricemos en la noche, así no tendremos ningún problema.

Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora