15.- Decir la verdad (*)

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Montserrat

Soy incapaz de mantenerme quieta, golpeo mi pie contra el piso de la sala en la que me encuentro y retuerzo mis manos sobre mi regazo evidenciando lo nerviosa que estoy. Nos encontrábamos en la sala de espera del consultorio de la doctora que me atendería durante mi embarazo y a pesar de haber ya estado aquí antes con Anna, se siente como si fuese la primera vez.

Dave me lanza una mirada tranquilizadora mientras deja un suave apretón en una de mis manos cuando se da cuenta de mi estado. Por más que lo he intentado no he sido capaz de hacer que el nerviosismo que me recorre ahora mismo de pies a cabeza disminuya tan solo un poco.

Mi madre se encuentra sentada justo enfrente de nosotros, mirándonos de forma sospechosa a pesar de haberle repetido hasta el cansancio que Dave no era ni por cerca el padre de mi hijo, ella no terminaba de creérselo.

Creo que el fondo esperaba que Dave lo fuera, pero para su gran decepción, no fue así.

—Siento que tú madre me está asesinando con la mirada —murmura Dave. —¿Debo preocuparme? —inquiere. Suelto una risa y niego, le lanzo una rápida mirada a mi madre para después mirar a Dave.

—No lo creo —Respondo—. Lo que sucede es que aún no termina de convencerse respecto a que tú no eres el padre de mi bebé —murmuro rodando los ojos. —Tal vez deberías de preocuparte cuando Caleb y Luke se enteren y piensen que tú igual eres el padre —bromeo haciendo referencia a mis dos hermanos.

La expresión de pánico que Dave coloca en rostro me hace soltar una carcajada.

—¿Por qué yo tengo que sufrir esto? —Cuestiona con pesa. —¿No sería mejor que les dijeras quien realmente es el padre y así lo asesinamos entre todos? —dice esto último en un tono más bajo y yo no puedo evitar volver a reír.

Niego ante su pregunta, sonriendo con ligereza. Lo cierto era que prefería que las cosas se quedaran así, si Jack no quería involucrarse en nuestras vidas yo no iba a tratar de hacerlo. Y estaba consciente en que si mis padres o hermanos se enterasen de quien era el padre de mi hijo no dudarían en intentar obligarlo a hacerse responsable.

Y al final yo no estaba dispuesta a aceptar en mi vida a alguien a quien están obligando a estar en ella.

Dave está por decir algo más cuando la chica de la recepción pronuncia mi nombre y nos indica que podemos pasar.

Me cuelgo mi bolso en el hombro mientras me incorporo para encaminarme hacia la habitación en donde la doctora se encuentra. Cuando me encuentro frente a la puerta correspondiente, toco un par de veces.

Un "pase" se escucha desde el interior de la habitación y giro el pomo de la puerta para poder entrar.

La doctora nos recibe con una sonrisa en cuanto nos ve y hace un movimiento con una de sus manos para invitar a sentarnos.

—Hola Montserrat ¿Cómo te encuentras? —saluda amablemente.

—Bastante bien, gracias —Le dedico una sonrisa mientras ella termina de escribir algo en el pequeño block de hojas que sostiene entre sus manos.

—¿Cómo te has sentido? ¿Has tenido algún malestar? —cuestiona.

—No, los mareos y las náuseas han disminuido desde la última vez que vine—. La doctora asiente.

—Bien ¿Puedes acompañarme? Veamos cómo se está desarrollando ese bebé—. Mis dos acompañantes han permanecido callados, le lanzo una mirada a mi madre y ella me dedica una sonrisa tranquilizadora antes de comenzar a caminar detrás de mí.

Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||Where stories live. Discover now