Capítulo 43

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Montserrat

La puerta de la habitación en donde me encuentro se abre, Jack aparece por la puerta medio dormido, medio despierto y retengo la risa que amenaza con salir de mi boca.

— ¿Pudiste conseguirla? —Inquiero mientras acomodo a mi pequeña entre mis brazos.

— ¿Por qué la leche decide gastarse justo en la madrugada? —Inquiere con pesar mientras me la extiende la lata con leche en polvo para nuestra hija —Necesito mis horas de sueño, lo sabes ¿O no princesa? —Cuestiona mientras se inclina para pasar una de sus manos por la cabecita de Hannah.

—Deberías de haberte acostumbrado ya —Comento con una sonrisa en el rostro mientras le entrego a nuestra hija para poder prepararle la leche.

Hannah se había acabado la leche en polvo y no me había percatado de ese pequeño detalle hasta hace algunos momentos, debido a que nuestra hija al parecer no se conformaba con solamente leche de pecho, tenía que darle el biberón. Además, Jack amaba darle de comer a nuestra hija y siempre era él quien se encargaba de darle el biberón por las noches.

Jack se había mudado prácticamente a mi departamento. Todas las noches se las pasaba aquí, con nosotras y luego se marchaba a la empresa a trabajar.

Por mi parte, me tomaría un par de semanas más antes de regresar al estudio de moda. Quería disfrutar el mayor tiempo posible con mi hija, el trabajo podía esperar.

—Blake ha dicho que vendrá al medio día —Informa — ¿Estás de acuerdo con eso? —Pregunta.

—Sabes que sí —Respondo mientras comienzo a verter la leche dentro del biberón para prepararla. —Blake es demasiado amigable, me cae muy bien.

—Y tú a él le caes también de maravilla —Pronuncia —Está encantado con Hannah, como todos.

—Es que nuestra nena es preciosa —Respondo.

—Se parece a mí, es evidente que es preciosa —Ruedo los ojos pero sin quitar la sonrisa de mis labios.

—Casi nueve meses en mi vientre, tuve que soportar el parto y se parece a ti. Eso se me hace bastante injusto —Respondo haciendo que Jack suelte una pequeña risa mientras niega.

La relación que mantenía con Jack había mejorado enormemente desde la llegada de nuestra hija, nos habíamos vuelto más unidos, había mejor comunicación entre nosotros y yo estaba encantada con eso.

Parecía que Hannah había llegado para unirnos más de lo que habíamos pensado.

—Ten, ahora yo iré a dormir —Pronuncio mientras extiendo el biberón en su dirección, él lo toma mientras asiente y se inclina para dejar un rápido beso sobre mis labios.

—Descansa nena —Responde él tras separarse y toma asiento en la mecedora que se encuentra en la habitación, les dedico una mirada acompañada con una sonrisa antes de darles la espalda para salir de la habitación.

A la mañana siguiente, Jack no se encuentra a mi lado en la cama, me incorporo pensando que tal vez Hannah había despertado antes de lo habitual y el había ido a verla, sin embargo, cuando me incorporo y camino hacia la habitación, me percato que Jack no regresó a la cama conmigo.

Se encuentra dormido, en la mecedora en la que se había sentado antes de marcharme y sigue sosteniendo a nuestra pequeña en brazos.

—Son tan adorables —Susurro para mí misma mientras camino hasta donde ellos se encuentran, con suavidad tomo a Hannah entre mis brazos para poder dejarla en su cuna, Jack se remueve en el asiento y le doy la espalda para poder acomodar a nuestra hija en el interior de la cuna.

Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora