14. -No estás sola (*)

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Montserrat

Dos semanas, dos semanas ya habían pasado desde la última vez que hablé con Jack Morgan, después de eso mi celular había sido invadido por cientos de llamadas de él, llamadas que nunca contesté ni pensaba contestar.

Mi bandeja de entrada tenía incontables mensajes los cuales había eliminado sin siquiera leerlos. Él ya había tomado su decisión, había decidido echarnos de su vida, y yo también había decidido dejarlo fuera.

Mis padres estaban en casa, su viaje se había acortado sorpresivamente y su presencia hacía que me sintiera considerablemente más ansiosa. Sabía de sobra que tenía que decirles, pero no sabía cuándo ni cómo.

Dave por otro lado se había portado tan bueno conmigo como nadie lo había hecho nunca. Se mantenía al tanto de todo, me escuchaba cuando las hormonas comenzaban a hacer de las suyas y sin duda agradecía enormemente tenerlo a mi lado, contar con alguien que me apoyara aparte de Anna hacia el asunto más llevadero.

—Así que ¿Te ha seguido molestando? —cuestiona Dave mientras se acomoda en el sillón.

—No ha dejado de llamar, solo espero que se canse pronto —mascullo con fastidio—. No quiero tenerlo en mi vida, tuvo su oportunidad y la desaprovechó así que no crea que lo dejaré regresar.

—Esa es mi chica —suelto una risa en cuanto escucho hablar a Dave. Él me observa con una sonrisa antes de hablar nuevamente—. ¿Cuándo piensas decirles a tus padres?

—No lo sé —admito. Tomo una profunda inhalación antes de adoptar una postura más cómoda en el sillón, una de mis manos viaja hasta mi vientre y no puedo evitar impartir unas cuantas caricias sobre él. —Solo sé que tiene que ser pronto. No es como si lo pudiese ocultar mucho tiempo.

—Estoy seguro que te vas a apoyar, ellos son unas personas maravillosas Montse, no serían capaces de darte la espalda.

—Eso espero —murmuro en forma de respuesta. Pensar en siquiera decepcionar a mis padres era una idea que lo lograba torturarme lo suficiente como para no dejarme estar tranquila.

—Cambiando de tema ¿Cuándo tienes que ir a tus revisiones con el médico? —pregunta Dave logrando que vuelva a mirarlo.

—En una semana —informo con una ligera sonrisa. Soy consciente en como Dave quiere decir algo, abre la boca un par de veces, pero vuelve a cerrarla, al final solo suelta una risa nerviosa.

—¿Qué es lo que pasa? —cuestiono riendo y elevando una de mis cejas.

—Yo me preguntaba si...si puedo ir contigo, quiero acompañarte —murmura. Una sonrisa radiante se filtra en mis labios, asiento apenas escucho que él lo sugiere y eso parece aliviarlo.

—Claro que sí. Tu compañía será un gran apoyo para mí.

—En ese caso ahí estaré. —Una pequeña sonrisa acompaña su respuesta.

—¿Estar en donde querido? —La voz de mi madre se hace escuchar en la habitación. Mis músculos se tensan al instante y no puedo evitar que un gesto de pánico total se adueñe de mi rostro, me mantengo de espaldas, rogando porque no haya escuchado más de la conversación.

—Montse me invitó al próximo desfile que tiene—. Dave habla con rapidez. Le lanzo una mirada confusa, él me sonríe y ahí es donde caigo en cuenta que lo acaba de inventar—. Y yo le he dicho que no podía faltar.

—Bueno, en ese caso espero que nos hagas llegar la invitación a tu padre y a mí —añade mi madre con diversión.

—Claro que si —giro, dedicándole una sonrisa forzada esperando que no sea demasiado evidente, ella corresponde el gesto y un par de instantes después, se marcha.

Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora