Epílogo

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Un año después...

Montserrat

El olor de las flores recién cortadas era encantador, la música de fondo y absolutamente toda la decoración me tenía maravillada. Era un día soleado, con el cielo completamente despejado y en compañía con la fresca brisa que soplaba hacían del ambiente uno de lo más agradable.

Hoy, después de un largo año de espera, era el día en donde Jack Morgan y yo nos convertiríamos oficialmente en marido y mujer. Los nervios que me cargaba encima eran enormes, no puedo mantenerme quieta por lo que me paseo de un lado al otro de la habitación intentando calmar aunque sea un poco de las ansias que me invaden, cosa que realmente creo es imposible.

— ¿Cómo está la novia más bonita del mundo? —La puerta de la habitación en la que me encuentro se abre, por ella ingresa Anna quien sostiene la mano de mi pequeña, Hanny va dando pequeños pasos en mi dirección y no puedo evitar que una sonrisa enorme se pose en mis labios al verlas.

—Mamá —Mi hija extiende los brazos en mi dirección haciéndome sonreír. Hannah había dicho su primera palabra clara hace aproximadamente tres meses, y como era de esperarse, esta había sido mamá.

Aún puedo recordar con claridad los reproches de Jack, y su instancia para con nuestra hija para que pronunciara papá, fueron largos y duros esfuerzos hasta que lo consiguió, y al parecer, ahora esa era la palabra favorita de Hanny. Me inclino para poder tomarla en brazos y dejando un sonoro beso en una de sus regordetas mejillas.

—Estoy muy nerviosa —Confieso acomodando a Hannah entre mis brazos. Me acerco hasta la ventana para admirar como las personas trabajan intentando terminar todos los detalles.

—Puedo entenderlo —Pronuncia dedicándome una mirada comprensiva acompañada de una sonrisa. —Pero tranquila, todo saldrá de maravilla —Le dedico una sonrisa para después dirigir mi mirada hacia el vestido que colgaba sobre la puerta del vestidor. Lo blanco y brilloso de la tela me hacen sonreír aún más, me había enamorado completamente de el, me bastó con solo mirarlo para saber que era el indicado.

—Bien, creo que llevaré a esta princesa con su padre porque es hora que comiences a arreglarte —Comenta mi mejor amiga acercándose para tomar a Hanny —Regreso en un momento.

Asiento con una sonrisa mientras le entrego a mi pequeña, cuando salen de la habitación me dejo caer sobre la cama soltando un largo suspiro. Miro la hora en el reloj que cuelga de la pared, eran exactamente las tres de la tarde con quince minutos, la ceremonia en la iglesia del centro sería a las cinco y media, y sabía que con todo lo que tendría que hacer, era mejor darnos prisa.

Mi celular vibra obligándome a levantarme del cómodo asiento, cuando lo tomo, inmediatamente sonrío al notar que es un mensaje de Jack.

"Ya quiero que llegue la hora, no puedo esperar a verte en ese hermoso vestido que has elegido"

Aún con la sonrisa en el rostro, tecleo la respuesta.

Ni siquiera has visto el vestido.

Muerdo mi labio inferior esperando por la respuesta.

No, pero sé que es hermoso porque lo has elegido tú. Te veo pronto, futura esposa.

Suelto un chillido mientras me dejo caer sobre la cama nuevamente, apego el celular a mi pecho mientras muerdo mi labio inferior, en un intento de calmar la revolución de emociones que se habían desatado en mí.

Habían pasado un centenar de cosas en un año, pero creo que la primordial de todas es que la relación que mantenía con Jack había dado un gran salto. No creí poder enamorarme cada vez más de la misma persona, pero con Jack parecía que hasta lo imposible era posible.

Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora