8.Interesante

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Cinco sentidos

Ninguno fijo

Todos sensibles

Y el equilibrio perdido

AITANA

Miente a tu razón y tu sentidos se volverán contra ti, siente calor y ahógate en ti si eres capaz de ello, pero no se puede ignorar  la verdad en los gestos y las miradas, no se puede ver un Adonis y extraviarse de la ruta que conducen sus pasos, tal vez mi cabeza delire y haya perdido algún sentido, el sentido común sobre todo cuando me descubro guiando mi mirada de los pies hasta la cabeza volviendo a detenerme en torno a la cadera del que parece ser mi nuevo entrenador, si decido apuntarme al final de la sesión al gimnasio, evidentemente.

Obviando formalismos y qué es lo éticamente correcto, o lo que la educación dicta, no me corto en estudiar -como instantes anterior él hizo- la figura de la persona que tengo frente a mí y que repito en mis cabeza sus últimas palabras de “creo que soy yo el entrenador con el que vas a probar...”

Mi mente ha jugado conmigo y ha unido el verbo probar a la conversación mantenida con Pablo hace ya más de un mes atrás, el entrenador tiene una altura mucho superior a la mía, unos anchos brazos, labios gruesos, aunque no es el hombre más guapo del universo de primeras sin duda es atrayente, pero no imponente, transmite seguridad y paz a su vez, dudo que me achantara antes un hombre así, en todo caso si estuviese soltera sabría que me lanzaría a la yugular, entonces ¿Quién probaría a quién?

Detengo mis pensamientos al notar como me mira los labios cuando inconscientemente yo me  muerdo el labio inferior, por ello mis alarmas se han disparado, paro en seco girándome quedando de espaldas a él pero mi chulería e inconsciente conocimiento sobre ligoteo de manual ha salido a paseo.

-O quién vas a probar eres tú-susurro muy bajo respondiendo a mis pensamientos de probar algo con ese entrenador y no una sesión de gimnasia convencional.

-¿Disculpa?-pregunta al haberme oído y sólo soy capaz de sonreír y andar hacia el coche en busca de mi DNI para terminar el papeleo-Por ahí no se va al entreno-suelta cuando llevo ya varios pasos.

Me paro y me giro, noto su vista clavada en mí y su sonrisa autosuficiente me produce una mezcla de sensaciones difícil de definir mientras él muestra chulería, interés, deseo y una pizca infantil en su sonrisa torcida que me hace sonreír.

-Me he olvidado algo en el coche-informo, caigo en que lo hago sin tener porqué y se me ocurre picar-o quizás me he arrepentido de probar al ver que eras tú el entrenador-digo atreviéndome a tutearlo y enarcando las cejas mientras se me escapa una sonrisa pícara que sale sin pretenderlo.

-No te hace falta más que tu cuerpo para probar-otra vez ese verbo que me hace desencajar mi mandíbula y abrir la boca- y te aseguro que seré paciente, es tu primer día al fin y al cabo.

Entonces pierdo los pasos de a donde me dirigía y según me indica con un gesto de cabeza le sigo, perdiendo un poco el juicio, el norte y de paso, de vista a Amaia.

-En esta zona tenemos colgadas las pizarras con las rondas de ejercicios y ponemos los nombres de las personas que están en cada grupo, máximo seis, pero el primer día prefiero hacerlo de forma individual…-dice sonriendo y levantando una ceja de modo insinuante o al menos eso parecía-pero el calentamiento es grupal-dice apartándose pero clavando su vista en mi cuerpo de forma detenida.

EN LOS MAPAS DE LA PIELTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang