39. Grietas

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Mis decisiones son mías

Yo misma cavé hondo

Abrí la tierra

Cree una grieta

Y luego caí en ella

Las decisiones que acarreamos a veces nos dejan caernos, precipitarnos en un vacío que somos nosotros mismos, que excavamos poco a poco haciendo el hueco al tamaño de nuestros errores, o tal vez de la cobardía llena de nuestros miedos y temores, esos que hacen mella y nos persiguen.

En el último mes había abierto grietas a mi paso, había tomado distancia con Pablo después de aquella discusión, no había vuelto a acercarme a Luis evitándolo de todas las maneras posibles evitando el gimnasio y el bar cuando sabía que se encontraba él.

Habíamos creado una grita insalvable entre nosotros por las decisiones que no habíamos tomado al intentar nada juntos y él había creado con mentiras o ausencia de palabras.

Mis decisiones me acarreaban un peso feroz que me mordía día a día y más después de abandonar la universidad sin decir una sola palabra a nadie.

Mi última visita a la universidad fue enfrentarme a una lista de notas que me gritaba que estaba cometiendo un error, que daba igual el esfuerzo que dedicara a mis estudios que algo no iba hacia delante, algo estaba fallando.

Quizás merezco más por tanto esfuerzo o quizás no era suficiente aunque diese lo mejor de mí misma, quizás eso mismo me ocurría con mis relaciones.

Quizás daba igual si me esforzaba en ser la hija, la amiga o la novia perfecta, en ser lo que Pablo esperaba de mí porque quizás nunca iba a llegar a ser un diez para él, aunque él siempre me considerase antes sobresaliente.

Tal vez yo misma había esperado un diez de otras personas, mientras yo no me he portado con ellas así, sino de forma insuficiente, quizás Luis había sabido verme como un diez mientras yo le había tratado con un tres o un cuatro por no dejarse explicarse, y él no merecía eso, aunque él no fuese siempre un diez, pero jamás de forma insuficiente.

La desesperación, la tristeza y el desanimo de dejar de lado los estudios que no me llenan, que me agobian y me enredan en una grieta que yo misma he cavado me estaba llevando a no ser mi mejor versión, quizás por eso no podía ser un diez ni con los demás ni conmigo misma.

A veces abandonar a tiempo no es abandonar, sino acertar buscando cubrir una grieta que dañe más mi alma.

Sin embargo Cris había cavado una grieta al huir de Roi y yo había quedado angustiada observando cómo la cavaban sin poder hacer nada, hasta que Cris saltó del todo y cayó en su propia trampa, quedando sola en su error y arrastrando a quien la amaba, dejándonos toda una noche preocupados sin contestar ni una sola llamada.

Pero con el alba sin embargo si cogió mi llamada y ne dejó ir a su encuentro; Atemorizada frente a la puerta del hospital.

-Cris…Por fin te he encontrado, Roi está preocupadísimo ¿Qué haces aquí?

Ella levanta levemente su rostro y me hace hueco para sentarme a su lado, donde tomo asiento y dejo que su cabeza se apoye en mi hombro y acaricio su pelo.

-Prométeme que no me vas a juzgar…

-Ey Crislo-digo separándome y mirando sus ojos-jamás ¿vale? Nunca lo haría.

-Está bien-dice suspirando y mirando sus manos-tengo cita en el hospital para empezar el procedimiento de interrupción del…-se quiebra y no es capaz de seguir hablando.

EN LOS MAPAS DE LA PIELUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum