42.Blancas

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MARATÓN 2/4

Mueve pieza

En diagonal

Sigue en paralelo

Avanza en el tablero

Acerca el alfil a la Dama

Sin esperar tu propia victoria

Y entonces te acercarás a la Reina

LUIS

A veces jugar no es por diversión, sino por necesidad, a veces jugar es más necesario de lo que parece, de pequeños jugamos a ser adultos, y a eso seguimos jugando hasta que entonces nos damos cuentas de que ya pasamos esa etapa e intentamos jugar a que somos jóvenes, incluso niños.

Mi abuelo siempre me lo decía mientras jugaba conmigo al ajedrez, esa era su pasión, puede que muchos abuelos jueguen al dominó o las cartas, pero él decía que el ajedrez te hacía pensar mejor, no más rápido. Mirando un tablero a veces podías despejar qué movimiento hacer, y no sólo en el ajedrez, sino en la vida.

Desde luego todas sus lecciones se quedaban grabadas a fuego para mí y sus palabras se presentaban cada día de mi vida, impidiendo olvidarme de su risa queda y su suave acento que anhelaba, pero él se negaba a deja0mer escuchar a través de “trastos del demonio”.

Mi abuelo también decía que las piezas a veces si callabas podías escucharlas pedir que se las moviera y así podías jugar mejor, aunque nunca hay que mover una figura por moverla, tienes que sentir que esa figura está preparada para hacer el siguiente movimiento sin ponerla en riesgo.

Algo así me sentía llevando a Roi en el coche de la empresa  hacia la playa, le había arrastrado conmigo para en teoría practicar remo, pero en realidad lo estaba llevando hacia la playa donde fue su primera cita con Crislo para ver si conseguían hablar, pero lo que no sabía era si estaba poniendo en riesgo a mi amigo o no. Riesgo a una decepción, a un enfado, a un malentendido o a un desamor.

No quería ver el desamor entre las dos personas que había visto mejor complementarse en mi vida, si estaba en mis manos no permitiría que un malentendido se llevaba por delante una relación que nació y creció delante de mi, haciendo grandes  a ambos.

Tengo miedo que se sienta un peón manipulado por mí, aunque correría ese riesgo con tal de ser el peón yo que protege el alfil y lo acerca a la Dama.

Pienso qué ocurrirá cuando Crislo le cuente lo que casi estoy seguro que ocurre; que han engendrado una nueva vida. Era un momento en el que te cambia la vida, yo lo descubría hacía apenas dos meses y medio y ahora él estaba en esta situación.

-¿Qué tal con Gaby?-me pregunta.

Me sorprende que aún estando él mal me pregunte por mí, así era Roi desinteresado.

-Mejor, Doña Lila ya no se mete tanto y al menos me ha dejado ver una ecografía-entonces se me ocurre sondearlo- está en mi cartera por si quieres verla-le sugiero señalándola con la vista que estaba en medio de ambos.

-¿Cómo no voy a querer verla cabrón?-me dice sonriendo y cogiendo la misma.

Sonrío al ver cómo se emociona y la toma entre sus manos, paro dejando incorporarse un coche a la carretera y veo lágrimas en sus ojos.

-¿Te has emocionado eh?-le pincho.

-Joder Cepeda, ¿cómo no me voy a emocionar? Que has hecho esta cosita tú, que seguro es perfecta mientras tú eres un desastre-dice casi intentando vacilar.

-Pensé que no te gustaban los críos-le digo sondeándolo.

-¡Qué dices! Pero si sabes que siempre me han gustado-dice extrañado.

EN LOS MAPAS DE LA PIELWhere stories live. Discover now