41.Ajedrez

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Disculpad por molestaros antes de empezar a leer, sabéis que no soy fan de los encabezados pero de forma extraordinaria me gustaría añadir que aquí comienza la Maratón.

Subiré un capítulo diario a partir de hoy Jueves hasta el Domingo.

Sólo espero que lo disfrutéis mucho y sin más rodeos aquí os dejo la maratón de En Los Mapas de La Piel.

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MARATÓN 1/4

Mueve pieza

En diagonal

O en paralelo

Avanza en el tablero

Haz jaque al caballero

Pero jamás toques a la reina

Aunque no sea jaque

Porque quizás el rey muera de pena


AITANA

Jugar al ajedrez es sólo para mentes matemáticas me decían siempre, es un análisis constante donde tienes que analizar cada movimiento al milímetros, habrá peones, alfil, Damas, Caballos y Torres, una Reina y el Rey que siempre hay que proteger,  no dejar que tus manos fuesen impulsivas y movieran al peón sin pensar, había que usar la lógica, y si yo siempre fui impulsiva sé que aprendiendo me hice bastante analítica.

El ajedrez realmente se considera un deporte, aunque las grandes competiciones se hagan sentadas, pero el paralelismo me hace gracia estando en el gimnasio con la mirada de Luis sobre mí, esperando cualquier movimiento para averiguar qué partida jugábamos después de la noche anterior en ese mirador.

Los conocimientos adquiridos sumados a mi lógica indicaban que aguardase, pero mis instintos me decían que me moviera ya, y eso me agobiaba, porque yo solía ser muy buena en ajedrez.

Quizás parece ridículo la importancia de acertar los movimientos con lógica, pero para mí el ajedrez era una asignatura más en el colegio y siempre quería aprobar todo con buena nota, hacer felices a mis padres y profesores viendo que realmente aprovechaba las clases y aprendía, pero el ajedrez era otra cosa, con él me hice la niña responsable que controla sus impulsos, mover ficha a ficha en su tablero con orden, organizarme y siempre proteger al rey.

“Siempre hay que proteger al rey” me recordaba la voz suave de mi profesora Sari, seguida de“La vida es como un tablero de ajedrez Aitana”.

Y que razón tenía…porque si no proteges con mimo a tus peones te quedarás sólo con el rey, pero si le prestas demasiada atención a esos peones que son distracciones puedes dejarlo desvalido y entonces no sale ileso.

¿Pero quién es el desvalido en esta historia? ¿Quién es culpable? Quién miente, quién ayuda en el engaño… ¿Y si también lo hace quien calla?

Temía formar parte del lado equivocado del tablero callando, aunque siendo sincera tenía claro que yo era de las blancas y no podía dejarme acosar por las negras.

Pensaba que Gaby era un alma desvalida, una pieza en el ajedrez de su madre, pero empezaba a pensar que no era así, sino que quizás era un alfil que tenía libertad de movimiento y que amenaza al rey.

Un rey que tal vez esté siendo desprotegido por mí, porque callar a veces te culpabiliza,  sin embargo no había sido capaz de romper sus caricias en mis brazos y los besos robados como dos ilusos frente a la luna intentando atraparla mirando su reflejo en el mar.

EN LOS MAPAS DE LA PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora