35. Agua

1.9K 99 182
                                    

Tememos el fuego

Pero el agua nos arrasa

Fluye, desborda y desemboca

Arrastra a su paso si no encuentra su cauce

Pero quizás fluya por un afluente


AITANA

Creo que hace tiempo que no fluyo, si soy agua me encuentro en un dique o quizás he perdido el cauce que me conduzca, quizás no sepa cómo avanzar ni como desbordarme.

Tal vez solo sea la suma de seguir en un mismo punto y por ello me desbordo, por no tomar decisiones, certeras o equívocas, sino simplemente esperar sin querer ver el camino ni el cauce a seguir, ¿pero qué cauce me pertenece?

No sé si soy parte de un río o sólo soy agua, ya no sé si fluyo o no, pero sé que estoy atascada y es más que evidente cuando miro cara a cara a Pablo y apenas cambia su expresión ante mi llegada.

¿Acaso ya no fluimos juntos?

-Hola-dice cortante abriendo la puerta.

-Hola-digo carraspeando y cerrando la puerta tras de mí.

-Entro a las ocho a trabajar Aitana-dice de nuevo con ese tono pedante que me disgusta y a la par me saca de mis casillas, sin embargo respiro.

-¿Estás de malas?-pregunto aun sabiendo de sobra la respuesta.

-Para nada, me retrase y buscaste otros planes-dice recogiendo la mesa del desayuno.

-¿Y por eso ni tan siquiera me ofreces de desayunar sabiendo que vengo de pasar toda la noche en el hospital?- pregunto ante su acción mientras que en cualquier otro momento incluso hubiera dilatado el tiempo de salir hacia el trabajo para desayunar juntos.

-Aitana hay una urgencia importante que atender y cuanto antes llegue mejor-dice saliendo de la cocina.

-¿Entonces para que me dijiste que si viniese?-pregunto intentando contener el tono.

-Simplemente pusiste que venías y te puse un “vale”-dice encogiéndose de hombros al lado del sofá.

-¿Ósea que te da igual si no hubiera venido?-pregunto.

Se encoje de hombros y ante ese acto me desespero, estaba pasando de mí, si algo me molestaba en sobremanera no era que me picase o que me comentara si algo le sentaba mal, sino que me ignorara, era un castigo que no soportaba y del cual no tenía nunca el control de mis nervios, me irritaba y no podía mantener mi habitual calma.

-Muy bien, de puta madre Pablo, sigue haciendo el idiota ignorándome-digo dando media vuelta.

-El idiota si lo hice ayer esperando a mi novia toda la noche porque me dejó plantado-dice en tono cansado.

-¿Quién dejó plantado a quién Pablo?-digo dándome la vuelta-Es que no sé cómo tienes la cara de venir y decirme eso-digo acercándome-Esta no es ni la primera ni la última que quedas conmigo y luego te quedas de más en el trabajo, siempre me dejas de lado y antepones quedarte de voluntario en urgencias aunque hayas quedado conmigo Pablo y nunca te he dicho nada-digo alterada.

-Lo estás haciendo ahora, ¿y me reclamas por mi trabajo? Si hay una urgencia me quedo simplemente-dice haciendo una mueca con su boca de disgusto.

-Pablo, sé cómo funciona y sé que siempre hay alguien más de guardia, si pasa algo grave entiendo que lo hagas pero es que lo haces todas las veces que quedamos-digo aún enfadada y él intenta agarrarme de la cintura de forma brusca y me separo- No Pablo-digo separándome-Es algo serio, incluso llegaste tarde a mi cumpleaños-le recuerdo.

EN LOS MAPAS DE LA PIELOù les histoires vivent. Découvrez maintenant