EN LOS MAPAS DE LA PIEL

51. Surrealismo I

Dentro de ti

Cada momento puede superar a otro.

Cada momento puede suponer un cambio abismal.

Cada momento puede generar un momento que Catalogues de surrealismo.

AITANA

¿Y que es el surrealismo? ¿Acaso no es arte? ¿Acaso no es rocambolesco y divertido ? ¿Acaso puede ser aburrido? Puede que el surrealismo fuese la última capa de nata que le añades a la tarta para darle la presentación y acompañamiento que merece, la chispa y la gracia para alegrarte.

Quizás estaba pecando de positivista, pero quería permitirme relajarme, como lo veía relajado a él, como lo sentía sonriente y pendiente de mi mano, pendiente de mí.

Pendiente de todo en verdad, y sumando su actitud cariñosa conmigo que sentía tan normal en estos instantes, fluyendo como si no fuera la primera vez que estaba en mi casa conmigo por invitación, siendo esperado.

El surrealismo puede ser temido pero en este caso estaba haciendo sus veces de divertido, y sus chistes amenizaban el salón esperando un giro en la cerradura principal para cortar mis generosas risas ante sus chistes malos porque a pesar de todo sabía que en ese surrealismo me haría temblar en el momento preciso.

No todos los días se organiza una comida familiar porque tu padre invita a la persona con la que estás empezando, destrozando o fallando en la vida, pero una persona importante para mí y que sabía que era mucho más que mi amigo, era él simplemente, era Luis, sonriente, alegre y contando chistes de sus traumas de la adolescencia con el temor a quedarse sin pelo debido al mote dañino que le habían adjudicado unos jóvenes sin motivación propia, pero demasiada para herir al prójimo a falta de aceptarse a ellos mismos probablemente.

-Bueno pero con la edad  que tengo y ya con alguna canita aquí delante me quedo más tranquilo, donde hay canas no se cae el pelo-dice  giñándome el ojo.

-Ala pues entonces yo también voy a seguir teniendo pelazo porque ya tengo-digo acercándome al espejo que hay frente a la mesa del comedor en forma de sol.

-¡Qué vas a tener canas!- dice él siguiéndome y poniéndose a mi lado encontrándose con mi vista a través de esa superficie reflectante.

-Si tengo una cana aquí en el flequillo-digo acercándome al espejo para identificarla y enseñándosela.

-Yo no veo nada-dice mirando sin esfuerzo sobre mi cabeza y riendo maliciosamente- ¡Si eres una enana!-

Estaba descalza y él aún con zapatos, por lo que la diferencia de altura era aún mayor. Y mi mirada asesina apareció para pasearse y hacerle saber que hilar una broma con otra no me estaba gustando del todo, aunque en el fondo lo disfrutaba.

-Yo seré una enana-digo girándome hacía él-pero al menos no me voy a quedar calva-digo usando un golpe bajo a su orgullo.

-Oh-dice con voz infantil y tocándose el pecho de forma melodramática.

Intento mantener la mirada asesina pero su melodrama me provoca una carcajada hilada con otra mientras el sigue haciendo su pequeña obra en el papel de ofendido. Y termino por tener que tirarme en la alfombra del salón para poder sostenerme y poder recuperar poco a poco el aliento.

-Así no vas a ganar un  Oscar-le advierto entre risas.

-Hablando de Oscars…-dice tendiéndome la mano para levantarme del suelo-Hay un chiste buenísimo, mira…Va el conductor del Titanic to pancho no?-dice alzando las cejas y haciéndome estallar con otra carcajada- Conduciendo el Titanic y sube el primero a borde y le dice;  mira que tenemos dos noticia, una muy buena y una muy mala ¿Por cuál quieres que empiece?-yo intento guardar la risa y frunzo el ceño-Y le dice el conductor-reímos ambos ante la denominación de conductor- bueno el capitán, dice empieza por la buena para darnos una alegría y el primero le dice…Pues que nos van a dar siete Oscar-dice con voz infantil y pilla y se rasca la nariz para tapar su sonrisa tonta que me contagia y me hace reír muchísimo.