44.Jaque

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MARATÓN 4/4

Mueve pieza

En diagonal

Sigue en paralelo

Avanza en el tablero

Atrévete a mover tu figura

Y haz jaque con tu locura


LUIS

Un tablero a veces carece de márgenes, a veces simplemente es una extensión plana, en la que nada hace pensar que vaya a ser difícil avanzar, sin embargo los tropiezos los ponemos nosotros mismos al diseñar normas y jugadas preconcebidas que nos impiden avanzar de forma natural.

El ajedrez era sólo una muestra de cómo podemos enredar nuestra mente con algo tan simple como una tabla de madera y pequeñas piezas, la complejidad de la mente humana para demostrarse qué tan inteligente o habilidosos podemos ser para tomar decisiones pero poniéndole nombre de juego, para así evadirnos de las jugadas externas que quizás no somos tan diestros en acertar.

Probablemente aunque uno no quisiera tener muchas partidas simultáneas yo tenías más partidas abiertas en mi vida de las que era capaz de afrontar, quizás me precipitaba viendo que tenía muchas jugadas pendiente, Gaby, mi nuevo trabajo, conservar turnos en el gimnasio por si acaso no seguía en el conservatorio más allá de cubrir la baja, mis amigos con todos sus altibajos, la relación con mi primo, la llegada de su hermana pendiente con mirada inquisitiva y ella...

Ella era la jugada que con más ansía temía mover figura, porque el temor a cometer un error y quedarme fuera del tablero me sería imperdonable.

Era un mísero peón queriendo alcanzar una reina, era un súbdito que sólo quería ver brillar el sol, ojalá ser yo el esclavo y ella mi reina.

Por ello dentro de ese baño me permito al fin que una lágrima caiga de mi ojo derecho cuando me termino de desvestir para ahogar un poco la presión de la búsqueda de Crislo, los días que he pedido en el conservatorio “por asuntos propios”ya en el primer mes de trabajo, y la impertinencia de Gaby porque no apareciera dos días por su casa, a pesar de que le había repetido por activa y pasiva que solo éramos amigos sin más calificativos.

Pero mi lágrima de impotencia, esa que tanto le había costado abandonar mi lacrimal es porque yo no tengo la lógica de mi parte, no controlo mi jugada, no con ella, porque me vuelvo a sentir el niño que con trece años intentaba impresionar a alguna amiga de su hermana en un vano intento. ¡Joder! ¡Intentaba alcanzar a la reina siendo un puñetero peón!

Otra lágrima abandona mi lacrimal y mi mano va hacia la misma, intentando recomponerme pensando que podríamos ser leyenda si ella quisiera, si yo tal vez supiera como alcanzarla sin trucos ni jugadas sino moviéndome recto hasta llegar al otro lado del tablero, ella, a la reina.

El agua cura todo recuerdo como se lo he escuchado a ella muchas veces y sólo eso me hace esbozar una sonrisa y meterme bajo el agua por fin.

Cierro mis ojos notando como el agua fría va destensando mi cuello, apoyo ambas manos en los azulejos e intento destensar la mandíbula  y respirar.

Cambio el agua a caliente, muy caliente para así calmar mi cuerpo y quizás castigarme un poco por cómo he ido dejando que todo me supere, excepto cuando estoy cerca de ella, de sus ojos verdes, de su sonrisa, de su piel…

Sueño con que unas manos acarician mi espalda desde el final de la misma en sentido ascentente hasta posarse en mi hombros, y suspiro profundamente imaginando por un segundo que está ella en esta ducha.

EN LOS MAPAS DE LA PIELWhere stories live. Discover now