EN LOS MAPAS DE LA PIEL

29.Piezas De Un Puzzle

Soy una composición inacabada

Soy miles de ilusiones y decisiones

Tomadas o perdidas

…

¿Soy la pieza perdida

o

Soy un puzzle incompleto?

Soy una suma de características perdidas que quieren encontrarse, uniendo y encajando como piezas realizables, moldeables por el tiempo y las decisiones.

Sintiendo que creo día a día un puzzle con un sentido y no probando si encaja o no cualquier trozo de cartón sobre cartón que pretende mostrar una imagen completa al unirse con otro de esos trozos de cartón que llamamos decisiones.

 Pero no puedo mentir, quiero ser todas mis piezas ordenadas y determinadas en una disposición evidente y acertada, donde todas encajen perfectamente sin razón de no ser o no encajar en algún punto.

Sin embargo la vida me recuerda que a veces tomamos piezas entre nuestras manos que intentamos encajar sí o sí, de forma abnegada, y quizás o no es la pieza adecuada o necesita que el puzzle vaya más avanzado para poder tener su lugar.

Quizás una pieza que no encaje es simplemente una decisión que no debe ser tomada en ese momento, sino más adelante. O tal vez sea una persona que no encaje ahora en tu vida pero si más adelante, o nunca. Tal vez pretenda hacer encajar cien piezas a la vez y por eso no encaje ninguna.

Puede que me haya sentido toda la vida creando un puzzle perfecto, donde he ido encontrando cada pieza a su debido tiempo, ni antes ni después, sino siendo certera en cuando he tomado cada decisión y he actuado consecuentemente, colocando pieza a pieza en orden y que ahora me encuentre con que tengo muchas piezas en mi mano que encajar y no saber dónde poner cada cual, sin saber si es su tiempo o no.

Tengo la pieza de decidir qué hacer con mi carrera, la pieza de cómo ser sincera con mi padres sobre mi decepción y bajo ánimo con la carrera, a la par que ser sincera conmigo reconociendo que pude haberme equivocado al elegir esa carrera o a que simplemente esté desmotivada por alguna, miles o ninguna razón.

Tal vez sienta que la vida pasa demasiado rápido y me veo inmersa en una suma de decisiones que se me antojaban demasiado precipitadas para mí misma, aunque siempre me hayan visto y adjudicado la etiqueta de  “madura para tu edad” y al final siempre lo digo, es que no soy una fruta para madurar y podrir antes de….

Puede por otra parte que una pieza que falle es esa, que no me veo capacitada para verme crecer tan pronto con veinte años y que no sea capaz de ponerle freno a la vida y gritar que soy joven, que puedo equivocarme.

En ese mismo camino quizás deba admitir que hay una pieza que encaje demasiado pronto; Pablo, una pieza que sin duda tiene que estar en mi puzzle pero tal vez podría haber sido encajado en un tiempo más razonable, más adelante y no tan apresuradamente, tal vez alrededor de él encajen muchas piezas a las cuales aún no estoy preparada para incorporar a mi composición.

La idea de madurar junto a él se me antoja tentadora y sé que son piezas que me llenarán de alegría a la par que sé que el ansía encajar ya ciertas piezas, mientras que yo ni me he atrevido a tocarlas.

Irónicamente quizás hace un año tuviese la tentación incluso de acariciarlas, como la pieza de la maternidad, una pieza que siempre tuve claro que encajaría en mi puzzle, pero ahora la veía distante y ajena, porque sentía que con mis veinte años así debía permanecer; distante.