10.Como Siempre

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Impresiones y acciones

Acciones y pensamientos

Deberes y deseos

Como siempre

Como nunca

Como pueden ser

AITANA

Las primeras impresiones dicen mucho de un impacto visual, y desde luego me había impactado el entrenador, mi percepción del folleto había distado mucho de la impresión en persona, si bien seguía pareciéndome atractivo en persona diría que era considerablemente mayor que yo, pero también juvenil, sobretodo me quedaba con la idea de que era interesante, con mucho mundo interior…

 Me descubro conduciendo hacia mi casa cavilando porqué una persona puede resultar interesante, si al final solo he obtenido una primera impresión, aunque si eres observador puedes ahondar en lo más profundo de una persona, no debería pararme a pensar en el entrenador, me recuerdo, pero dedicarte a mirar pasar personas por la calle no es mal plan después de todo cuando la opción es llegar a tu propia casa a una cena encerrona, que es lo que promete ser la cena con los padres de Pablo, iba a jugar la carta de “delante de tus padres no” para evadir una posible discusión, que sabía que personalmente no avanzaría, puesto que yo era más de guardar las formas, solo me frustraba a través del aparatejo que al aparcar  estrujaba entre mis manos, el maldito móvil, a veces me apetecía quemarlo o escacharlo, porque sólo por ahí era capaz de mostrar mis, hasta ahora ínfimos, desacuerdos con Pablo.

No obstante esta vez me daba igual que estuvieran mis padres, los suyos o el Presidente de España que no me iba a quedar con las ganas de pasar por alto su último comportamiento ridículo e infantiloide.

Con esta decisión me dispuse a subir a casa y sin mediar palabra me metí en mi habitación enfurruñada, deshice de la ropa de deporte y busqué lo necesario para ir al baño a desgana y dando patadas a las cosas por el suelo, sobre todo cuando oí el portero, Pablo llegaba muy temprano y lo que menos tenía era ganas de tener que bañarme y vestirme corriendo, me negaba a dejar de lado la idea de mi baño largo para engañar a mi cuerpo con agua caliente de las más que probables agujetas que mañana iba a tener.

Me preparo en contra de mi voluntad más rápido de lo que me gustaría y decido usar un pantalón vaquero corto y una camiseta blanca sin más, el hecho de tener que sacar la plancha para planchar mi fleco me hace bufar, cuando oigo la puerta de la habitación abrirse.

-Nene…

Ese maldito apelativo que solo le permito en momentos realmente tiernos ahora me repatea cuando sé que lo usa para suavizar mi irritación.

-Pablo estoy en el baño…

-Si estás saliendo de la ducha te puedo ayudar a secarte…-dice apoyándose en el marco de la puerta.

Iba a ir por ahí…debería haberlo supuesto, Pablo sabe cómo distraerme y demasiado bien, por eso discutía por mensajes, en persona no había discusión posible por la química que teníamos, lo veía en la puerta y sabía que si no me contenía iba a ceder a sus provocaciones en nada.

-Pablo…-dejo la plancha de lado y me miro en el espejo con decisión sin girarme hacia él-No se puede solucionar todo de ese modo, no me respondiste porque cambié los planes…mis planes-enfaticé, después de todo yo soy dueña de mi tiempo.

-A ver Aitana quedamos, y cambiaste el plan para irte con Amaia, pues bien ya está.

El pasotismo ahora, es que era cíclico como se desarrollaban nuestras mínimas diferencias.

EN LOS MAPAS DE LA PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora