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Habían tenido solo cinco días antes de que el rizado viajara a Milán y Louis había estado nervioso en todo momento porque sabía que su nuevo guardaespaldas temporal llegaría esa tarde.

Habían visitado el centro comercial el día anterior para comprar algunas cosas ya que habían ideado un pequeño plan entere ellos dos para mantenerse en contacto mientras estuvieran separados. Ahora se encontraban sentados en la sala mientras verificaban que todo estuviera en orden.

-Ven aquí.- lo llamó Harry y el castaño se sentó a su lado.- Dame tu mano.- dijo serio y Louis sin preguntar extendió uno de sus brazos hacia el alfa.

Harry colocó un reloj en su muñeca y lo ajustó con cuidado y luego lo encendió. Louis pudo notar que el tenía uno igual en su brazo.

-No dejes que el vea que lo traes puesto porque sabrá que mantienes comunicación con alguien y eso está totalmente prohibido mientras estamos aquí.- dijo sin mostrar ninguna expresión en su rostro y Louis asintió de inmediato.

-Entiendo.

-Son relojes pero tienen las mismas funciones que un celular, yo podré comunicarme contigo y tu conmigo.- le explicó mientras le mostraba como utilizarlo.- Quiero que me prometas que si intenta hacer algo contigo, vas a avisarme, necesito que confíes en mí como yo confío en tí.

-Lo haré, te lo prometo.- aceptó Louis. De todos modos el no confiaba en ninguna otra persona que no sea Harry o su familia.

-Bien, ¿Recuerdas todo lo que te enseñé?- preguntó el alfa refiriéndose a todas las técnicas de defensa que habían practicado en el patio trasero por semanas.

-Si.- respondió Louis con seguirdad y Harry estuvo bien con eso.

-Eso es todo, necesito que vayas a tu habitación hasta que mi reemplazo llegue.- dijo poniéndose de pié y se retiró de la sala sin siquiera mirar al ojiazul.

Louis sabía que estaba nervioso y por eso actuaba de esa forma, así que sin cuestionarlo se fué a su habitación.

[🌙]

Cerca de las seis y media de la tarde, el timbre sonó y Harry fué a abrir con el arma ajustada a su cinturón y una cara que intimidaría a cualquiera.

-Dime tu nombre.- le exigió serio solo para verificar que era el alfa que Mark había dicho que iría.

Era solo un poco más bajo que el pero no dejaba de verse intimidante, tenía el cabello azabache y unos ojos verdes casi iguales a los de el, tenía barba y sus músculos se veían a través de la camiseta que traía puesta.

-Alexander.- respondió con la misma seriedad que Harry segundos atrás.

El rizado se acercó el peligrosamente y sintió como un gruñido quería salir desde su pecho.

-Escuchame bien, Alexander.- le dijo sonando amenazante, pero el otro alfa no se movió ni un poco.- Le tocas un solo pelo al omega que está allí dentro, intentas hacerle daño, o le pasa algo por tu culpa y voy a preocuparme porque tengas una muerte lenta y dolorosa.

Alexander hizo una media sonrisa que solo logró que el odio de Harry hacia el creciera.

-Cuando vuelvas, el omega allí dentro no recordará ni quién eres.- dijo desafiante y pasó por el costado del ojiverde para entrar a la casa.

Harry quiso sacarlo de allí a patadas en cuanto le escuchó decir lo último pero se contuvo y entró a la casa nuevamente. Vió como inspeccionaba el lugar con la mirada, manteniendose serio y tranquilo.

-Quédate aquí, enseguida vuelvo.- le dijo Harry y sin esperar respuesta, subió las escaleras y caminó hacia la habitación de Louis y dió suaves toques en la puerta, unos segundos después el omega se asomó por ella y sonrió pequeño al ver a Harry allí.

-Ven, pasa.- dijo haciéndose a un lado, dejándo que Harry entrara y luego volvió a cerrar la puerta.

El alfa se había quedado de pié en el medio de la habitación y Louis se acercó a el, quedando a tan solo unos centímetros.

-Está aquí.- le dijo y Louis asintió.

-Lo sé, lo he sentido desde aquí.- dijo tratando de mantenerse calmado, lo último que quería era que Harry lo note y se fuera preocupado por su culpa.

El alfa estaba luchando contra si mismo y sus impulsos, pero perdió su batalla interna cuando se acercó al omega y con una delicadeza que desconocía en el, posó sus manos en el rostro del castaño e hizo que lo mirara a los ojos. Antes de que Louis pudiera asimilar aquel pequeño movimiento, el rizado habló.

-Te prometo que volveré apenas tu padre me deje irme.- dijo bajito y Louis asintió, aún perdido en aquella cercanía y en sus ojos verdes y brillantes como siempre. Sus manos se aferraron a los antebrazos del alfa.

-Se que lo harás.- respondió Harry y sonrió.

Harry realmente estaba sonriendo.

Louis casi se cae cuando vió dos preciosos hoyuelos en las mejillas de Harry y como sus ojos se hacían más pequeños. Aquella sonrisa era tan hermosa como el resto del alfa.

Y como si aquello fuera suficiente para Louis, el rizado junto sus frentes, dejando que sus respiraciones se mezclaran y sus ojos pudieran apreciarse desde aquellos escasos centímetros. Era tan hermoso, tan irreal e hipnótico.

-Algo dentro mío me dice que voy a hecharte de menos.- susurró y no sabía de dónde venía ese sentimiento, pero no podía irse sin que el omega lo supiera.

Louis también sonrió cuando lo escuchó y una de sus pequeñas manos acunó la mejilla del ojiverde con suavidad, sintiendo como su corazón latía descontrolado dentro de su pecho.

-Yo se que te hecharé de menos, aunque a veces seas un malhumorado y no cambies tu rostro serio.- le susurró como si fuese un secreto y Harry soltó una pequeña risa que hizo que el pecho del omega se inflara de cariño aún sin saberlo.

El alfa dejó un pequeño besito en la nariz del omega y otro en su frente antes de alejarse, no sabía que estaba haciendo pero se sentía bien, Louis hacía que se sintiera bien y correcto. El castaño sintió frío en dónde anteriormente habían estado sus manos y se sintió algo triste cuando lo vió caminar hacia la puerta.

-Adios, Louis.- se despidió y antes de que pudiera salir de la habitación tenía los brazos del omega alrededor de su cuello.

Louis se había aferrado nuevamente a su cuerpo y Harry no tuvo la fuerza para no corresponderle el abrazo. Rodeó la cintura del omega y lo apretó contra su cuerpo sin querer dejarlo con aquel alfa que esperaba en la sala. El castaño ronroneó a gusto y escondió su rostro en el cuello de alfa, aspirando su aroma, que se había convertido en uno de sus favoritos.

-Cuídate, por favor.- le pidió Harry cuando tuvieron que separarse.

-Lo haré.


security ; larry stylinson. [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora