24

12K 1.1K 314
                                    

Harry abrió los ojos por primera vez gracias a un fuerte trueno que resonó fuera haciendo casi temblar los vidrios de las ventanas. Estaba lloviendo demasiado y el ruido lo hizo terminar de despertarse, ahí se dió cuenta de una cosa, no estaba en su cama. Estaba en la cama de Louis.

Bajó la mirada y se encontró con una manta de cabellos dorados y desprolijos con pequeños y casi indistinguibles rizos sobre su cuello, también distinguió que el omega tenía su torso rodeado con uno de sus brazos, haciéndolo sentir tibio en los lugares dónde su contacto estaba presente. El tenía su brazo protectoramente alrededor de la cintura de Louis, sintiendo su suave piel ya que la remera que traía puesta estaba levemente levantada a causa de sus movimientos entre sueños.

Se emblesó con la imagen delante de el.

Louis se veían tan tranquilo y pacífico durmiendo con las mantas cubriéndolo hasta el cuello, el omega brillaba tanto por si solo, no hacía falta que hiciera algo para notar su brillo. Sus mejillas estaban levemente coloradas, sus labios finos y rojos en una linea recta y sus pestañas largas y doradas a la claridad que se filtraba por las cortinas aunque estuviera nublado.

Harry tenía una mezcla de sentimientos dentro suyo y era cada vez más difícil de reprimir todo aquello que aún no entendía bien que significaba.

El haber estado un mes lejos del castaño, había hecho que se de cuenta de que realmente lo apreciaba. Había extrañado a Louis cada día, aunque nadie más que el supiera eso. Sentía aquella enorme necesidad de tenerlo cerca y asegurarse de que estuviera bien y seguro. Era como si quisiera protegerlo de todo lo malo que pudiese pasarle sin importar qué.

Con la yema de sus dedos, comenzó a acariciar los suaves cabellos castaños del omega lentamente, logrando que se incline hacia su tacto y reafirme su agarre alrededor de su torso. Harry quiso sonreír cuando lo vió comenzar a despertar, abriendo sus ojitos con pereza.

-Mm, ¿Qué hora es?- dijo con la voz adormilada y tranquila, como si no hubiese dormido tan bien en mucho tiempo. Harry se tomó su tiempo para guardar aquella imagen en su mente.

-Casi las once de la mañana, puedes seguir durmiendo si quieres, yo debo ir a trabajar.- respondió con la voz ronca y con el pecho vibrándole a cada palabra que decía. Louis quería quedarse allí por siempre.

-Estoy cómodo así.- dijo negándose a dejar ir al alfa.

-Debo ir, estés cómodo o no.- dijo Harry y Louis sin más opción, lo dejó levantarse. Quejándose cuando sintió frío.

El rizado estiró su cuerpo al salir del cómodo lugar y le dió una rápida mirada al omega, quién se había vuelto a acurrucar entre las mantas nuevamente, perdiéndose entre todas ellas. Negó con su cabeza y una sonrisa amenazando con aparecer en su rostro antes de salir de la habitación y cerrar la puerta detrás de el.

[🌺]

Milán, Italia.

El alfa se encontraba dando vueltas en aquella gran oficina bañada en lujos, estaba un poco nervioso y deseaba salir de allí lo antes posible. Sentía sus manos sudar y su respiración siendo más pesada de lo normal.

Magnus debía llegar en cualquier momento y había dos alfas que lo miraban casi riéndose de el y la situación en la que se encontraba. Para su suerte, o su mala suerte, ya no sabía como describirlo, Magnus ingresó por la elegante puerta de su oficina con uno de sus extravagantes trajes y dos hombres de seguridad detrás de el.

-¿Tienes lo que te pedí?- preguntó sin siquiera mirarlo o molestarse en saludarlo. El alfa asintió, tratando de mostrarse entero aunque por dentro quería salir de allí.- Dime que al menos has hecho eso bien.

-Aquí está todo.- dijo firme y claro, enseñándole un pendrive que dejó sobre el gran escritorio color caoba. Magnus sonrió, tan aterrador y sínico como siempre.

-Que buen alfa eres, lástima que no has podido cumplir tu objetivo principal.- dijo fingiendo desilusión aunque luego soltó una estruendosa carcajada.- Debería asesinarte por fallarme, pero voy a perdonarte gracias a esto.- habló nuevamente enseñando el pendrive en sus manos.- Mas te vale no engañarme, no lo voy a pensar dos veces cuando ponga una bala en tu cabeza.- amenazó.

-No te estoy engañando, puedes comprobarlo tu mismo.- respondió tranquilo sabiendo que jamás se le pasaría por la cabeza hacer algo así. No tenía intensiones de morir aún.

-De acuerdo, puedes irte ya.- dijo Magnus haciendo una seña para que el alfa se retirara de su oficina.- Nos vamos más tarde hijo mío.

Un gruñido se escuchó antes de que la puerta se cerrara bruscamente.

[🌺]

El rizado se había pasado todo el día delante de su computadora leyendo ciertos archivos que Liam le enviaba para sacar información sobre todos los presentes en la reuniones. Absolutamente todos se veían serios y bañados en lujos que solo aquel trabajo podía darles, pero entre los primeros se encontraban Magnus y su hijo Samuel.

Liam se había vuelto más cercano a el gracias al viaje a Milán que les había tocado compartir juntos. El ojimiel era un alfa agradable, era más relajado que Harry pero aún así uno de los mejores guardaespaldas que poseía el padre de Louis. El le había contado como iban las cosas con Mark y se había enterado de que estaban en busca de la firma de un contrato muy importante que el padre de Louis aún no estaba seguro de firmar pero que había las personas suficientes por querer firmarlo de una vez. Ninguno sabía de que se trataba.

Soltó un suspiro y cerró su computadora después de horas estando frente a ella leyendo cosas sin parar.

Levantó la vista cuando vió como Louis se sentaba en la silla que estaba frente a el del otro lado de la mesa y lo miraba con ojos azules, grandes y curiosos. Sus piernas se cruzaron en posición de indio y un mechón de pelo cayó por su frente dándole un aspecto aniñado.

-¿Qué sucede?- preguntó el rizado al ver que el omega no tenía intenciones de hablar. Al parecer aún estaba tratando de elegir sus palabras.

-Estoy aburrido.- respondió apoyando sus codos sobre la mesa y un puchero adornando su rostro.

-¿Y qué quieres que haga?- preguntó Harry sin cambiar su expresión seria. Louis entrecerró los ojos al ver que no iba a ser fácil que el alfa se alejara de su trabajo.

-Podríamos mirar una película o ir a nadar un rato.- sugirió con una sonrisa.

-Afuera debe estar helado.- dijo apoyando sus codos sobre la mesa, imitando la posición en la que se encontraba el castaño.- Y tengo que seguir trabajando.

-Has estado ahí desde que saliste de la cama, puedes tomarte una hora o dos para descansar.- dijo insistente sabiendo que ganaría porque Harry quería dejar escapar una sonrisa.

-¿Qué película veremos?- preguntó cruzandose de brazos. Louis sonrió grande y sus ojitos brillaron con emoción. Harry estaba cada vez más seguro de que parecía un niño pequeño que obtenía lo que tanto quería.

-Un documental de asesinos en serie suena bastante bien para tí.- dijo levantándose de su silla y caminando hacia el rizado para tomar una de sus grandes manos y arrastrarlo hacia el gran sofá de la sala. Harry se dejó llevar por el omega y cuando se sentó, pudo ver un gran plato con chocolates en el.

-¿Sabías que aceptaría pasar un rato contigo?- preguntó con una pequeña sonrisa y el corazón haciéndole cosquillas dentro de su pecho.

-No, claro que no.- respondió el omega con una sonrisa enorme que lo delataba completamente.

security ; larry stylinson. [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora