Deviant's Behavior [Connor x Reader]

Capitulo XLVI: "La navaja de Occam"

La filosofía de la psicología es un concepto contemporáneo. La ciencia cognitiva, el estudio de la mente, podría argumentarse como una idea filosófica de sí misma.

Fue uno de esos temas que trataste de evitar por miedo a un dolor de cabeza interminable, sin juego de palabras, pero que seguiste centrado en tus preguntas más esotéricas sobre la vida.

Preguntas que había dejado de hacerse porque sumergirse en el conocimiento arcano era algo que había aprendido a evadir, y lo había aprendido por las malas.

"Uno de ustedes vio el ataque a las cámaras de vigilancia y no dijo nada".

Preguntas como: ¿Qué ocurre en el cerebro, dentro del alma, que denomina cierto fenómeno psicológico como conocimiento?

"Lo que significa que hay un divergente en esta sala..."

preguntas, eso: si deja de hacerlas, se preguntará si se contentará con las respuestas.

"...Y voy a averiguar cuál es..."

Connor ya no hacía preguntas.

"Los pensamientos son las sombras de nuestros sentimientos, siempre más oscuros, vacíos y simples".

Había pasado a acusaciones despiadadas. Una búsqueda maliciosa de la verdad a través de relatos de castigo con la promesa de no aplazar...

Contra tu mejor juicio, eso te dejó cuestionando muchas cosas.

Pero la filosofía de la política era más desconcertante...porque la política no tiene moral.

"Te van a desconectar". Connor estaba a centímetros de uno de los androides mientras te señalabas detrás de sí misma, "Vamos a buscar en tu memoria y te destrozaremos pieza por pieza para análisis..."

De alguna manera, te avergonzaba, como si fueras culpable por asociación por no poder evitar que el interrogador les ladre en la cara. Como si fueran víctimas, y tú tenías la llave de su prisión inmortal.

"¡Vas a ser destruido!" Connor se aferró a su uniforme, chasqueando los dientes mientras gritaba: "¡¿Me oyes ?! ¡DESTRUIDO!"

Su vicio se trasladó al antebrazo del androide; su piel se despegaba cuando sus extremidades de plástico adquirieron un brillo brillante. Su víctima se retorció en su lugar, temblando incontrolablemente.

Tus ojos se cerraron. Tus uñas se clavaron en la carne de tus palmas. Tu herida picó por la nueva curva que tomó, estremeciéndose como si Connor te estuviera probando a ti en lugar de al androide.

"Sin memoria..."

Te volteaste, encontrando a Simon ensangrentado y abandonado. Su propio cuerpo expuesto estaba del mismo lado que la mano predominante de Connor.

"Él también debe haber sondeado su memoria..."

Tus dedos arrastraron el mosaico de plástico, inclinando la cabeza para enfocar.

"Los divergentes pueden comunicarse entre sí a través de una forma de telepatía, por falta de un término mejor". Connor te asustó con su proximidad no anunciada: "¿Sabías eso?"

Su voz de interrogador te puso nerviosa, y entornaste los ojos.

"No, no lo sabia".

"Yo tampoco lo hice hasta que escuché el pedido de ayuda de Simon...debe haber sentido mi presencia".

Connor recuperó un trozo curvo de plástico que parecía un auricular, con una mano todavía en el bolsillo. Comenzó a jugar con ella como su moneda, un movimiento casi caníbal mientras estudiaba el cuerpo al que pertenecía.