Cap 22 | La verdad

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Narra Vegetta

Nos dirigíamos todos al casino a "celebrar" a el nuevo alcalde, claro que yo no estaba para nada de ánimos de ir, y menos al saber que Luzu se había ido a su casa, totalmente triste, y lo entendía, claro que lo hacía, aunque la razón no era la alcaldía, y todos sabíamos eso, todos conocíamos la verdadera razón y esa tenía nombre.

Auronplay

-Eh tranquilo, Luzu estará bien, seguro Auron hablará con el y arreglarán las cosas ya verás - susurró Rubius en mi oído mientras caminábamos abrazados hasta la mesa que nos habían dado al llegar.

Yo solo le regale una sonrisa de agradecimiento al saber que si estábamos ahí era porqué él trataba de animarme al llevarme ahí, cosa que apreciaba pero la veía sin sentido.

La mayoría de los presentes hablaban animadamente y sonreían mientras felicitaban a Lolito el cual permanecía al lado de Mangel, al cual lo presentaba ante todos como la primera dama.

Reí ante sus ocurrencias, pero mi sonrisa se borró cuando mi mirada se posó en cierto psicólogo que se encontraba solo en una mesa mirando hacia todos lados buscando algo, bueno, a alguien.

Al posar su mirada en mi, supe rápidamente a quien buscaba, yo negué con la cabeza para que entendiera que el no se encontraba ahí, a lo que él me regaló una sonrisa triste en forma de agradecimiento.

-Tranquilo, lo arreglaran - volví a escuchar su voz y apoye mi cabeza en su hombro mientras unía nuestras manos - no me gusta que estés triste, quiero a mi Vegetitta feliz - comenzó a canturrear mientras escondía su cara en mi cuello a lo que yo reí.

Y como era costumbre, todo mi alrededor desapareció, mis preocupaciones, mi tristeza, el mundo mismo, todo desapareció, dejándome únicamente a mi, junto al hombre que tanto amaba.

- Es que eres tonto tío - reía mientras trataba de detener los besos que había comenzado a repartir en mi cuello, aumentando las risas y aquel cosquilleo que el estaba provocando.

-¿Vez que lo guapo que te miras cuando sonríes? - dijo parando sus besos mirándome a los ojos.

Inevitablemente sonreí con mis mejillas rojas mientras me acerqué hasta probar sus dulces labios, al separarnos pegué mi frente a la suya.

-Te amo - hablamos al mismo tiempo, por lo cual nos separamos riéndonos más rojos que antes - no, yo lo hago - y como si esto fuera una de esas series de la tv volvimos a decir lo mismo lo cual aumento ambas risas, logrando que lágrimas salieran de los ojos de ambos y la gente comenzara a vernos - deja de copiarme - y si amigos, si esto ya era cliché, se volvió aun más cuando parecía que nos habíamos sincronizado para hablar, tome mi estomago con mi mano por el dolor que me estaban causando las risas.

Y es que no sabía cómo, ni porqué, pero él me hacía feliz aún en las tormentas más grandes.

El era mi faro en medio de la noche de tormenta en el mar, el era mi todo.

-Joder tío eso fue tan cliché - logró decir luego de un rato en el que logramos calmarnos.

-Creo que demasiado chiqui - sonreí y volví a tomar su mano con la mía mientras miraba sus lindos ojos.

-Te amo tanto - y como si fuera la primera vez que me lo decía mi corazón comenzó a latir como loco mientras todos mis sentidos se derretían ante aquel hombre, el cual le había dado aquellos colores tan alegre a la vida que de echo ni siquiera estaba seguro de haberlos visto alguna vez, por lo menos no con esa intensidad.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de una persona, la cual anunció que el alcalde daría su discurso a lo cual todos los presentes guardamos silencio, y por primera vez en la noche presté atención a alguien que no fuera mi casi novio, aunque eso no significaba que no estuviéramos dándonos mimos, al contrario, nos habíamos tomado de las manos y él se había acostado en mi pecho mientras yo acariciaba su lindo cabello.

Depresión[Rubegetta]Where stories live. Discover now