Cap 47 | Lagrimas

3.1K 544 210
                                    

Narra Rubius

-¿Rubius?

Levante la mirada al escuchar mi nombre y no pude evitar chocarla con esas perlas moradas que me miraban con preocupación, que me miraban llenos de tristeza, esos ojos morados que parecían no tener ningún brillo.

~No me mires así~

Quite la mirada de el casi al instante y como pude tapé mi cara para que no me viera, para que no me viera tan jodidamente mal, tan jodidamente destruido.

~Así no soy yo~

No quiero que sienta lastima, no quiero que piense que no soy lo suficientemente fuerte como para hacerlo feliz, no quiero que piense que soy un estorbo, un jodido estorbo tembloroso y frágil.

~debo ser feliz, debo ser feliz, si no lo soy no podré hacerlo a él, si lloro no podré secar sus lágrimas, si soy débil no podré ayudarlo a que sea más fuerte, ¿si no quiero vivir como haré que él si?~

Pero lo que nunca espere fue sentir sus brazos rodearme, abrazarme en ese charco de lodo, porqué a él tampoco le pareció importar mucho, porqué a él tampoco le importo mucho la suciedad de mi ropa, tampoco le importo lo tembloroso que estaba mi cuerpo, tampoco le importo mis dedos ensangrentados, no le importo un carajo mis lágrimas y lamentos, no le importo que fuera un desastre, aun así me abrazo y consoló, aun así me demostró el amor que no merecía y me hizo sentir que todo estaba bien de nuevo, me hizo sentirme protegido entre sus brazos, entre esos brazos que solo mostraban cariño.

~¿porqué me consuelas si yo no puedo consolarte a ti, cuando lloras?~

Yo sin poder aguantar más, me aferre a él, me aferré al amor de mi vida con todas mis malditas fuerzas, deje salir mis lamentos y aunque me detestara luego por hacerlo, deje salir mis lágrimas más que antes, simplemente no pude evitarlo, no podía evitar que mis lágrimas salieran, ya no sentía fuerzas, ya no sentía la misma fuerza que antes, ya no sabía si podría sonreír como antes, ya no sabía que podría seguir aparentando que todo estaba bien, cuando en realidad estaba tan roto, estaba tan roto que no sabía si tendría arreglo, cuando en realidad sentía que me caía a pedazos, pero no podía demostrarlo, no podía porque él aún no era feliz y hasta que no lo fuera, yo tampoco lo sería.

~¿cuándo fue que me rompí?~

-L..Lo siento.. - Solloce apenas en susurros, sollocé con las pocas fuerzas que aún conservaba mi pesado cuerpo, sus manos pasaron por mi cabello acariciando cada mechón desordenado y mojado que tenía mi cabeza, de una manera que lograba calmarme, de una maldita manera que me hacía sentir en paz.

~aunque no lo estuviera~

-No lo hagas, no debes sentirlo, cuando no estás haciendo nada malo, tú no... - escuché que susurró en mi oído, pero ese susurro parecía tan roto como los míos, aunque claro.

~ambos estábamos rotos~

Los dos nos separamos para vernos a los ojos, a nuestros par de ojos que podía asegurar estaban tan apagados como el cielo.

~tan nuestros cono nosotros~

Sus dedos bajaron a mis mejillas, las cuales limpio con cariño y melancolía, pero mientras más me miraba, más gruesas eran mis lágrimas, las cuales salían sin deseo de contenerse, sin deseo de dejarme respirar en paz, porqué ellas también querían ahogarme en la tristeza.

~¿porqué nadie nos quería ver felices?~

-¿qué te parece  si vamos a tu casa para limpiarnos? - hablo tan triste que su voz quería cortarse, que su linda voz parecía que quería  desvanecerse junto a su cuerpo.

~la mía también lo desea~

Asentí y luego volví a abrazarlo con fuerza, aferrándome a él, porqué últimamente era lo único que hacía, era lo único que me quedaba, aferrarme a una persona que cada vez perdía más la esperanza de algún día brillar.

~Y yo también perdía la mía~

Sentí como nos levantaba a ambos, aun conmigo en sus brazos.

Al estar de pie me separé con mucho pesar, pero el no tardo en jalarme hasta poder cargarme estilo princesa, yo por mi parte reí ante eso.

~pero aunque reía, ¿porqué mi risa sonaba tan apagada y falta de vida?~

Las gotas de lluvia no dejaban el cielo, cada vez empapándonos más en cada candado y lento pasó, hasta un punto que me llegue a preguntar quien lloraba más, si el cielo o yo.

Pero como saberlo, si no podía ver su tristeza, ni siquiera podía ver la mía propia, solo podía ver la de el par de ojos violetas, que me gritaban miles de cosas que yo no quería ni podía aceptar, excepto una.

~No puedes reparar a alguien si tú ya estás roto~

Subí mi mirada a su cara, la cual era totalmente indescifrable a comparación de sus ojos, o tal vez era porqué lo conocía tan bien, que sabía al instante cuando su cuerpo rogaba por consuelo, el mismo consuelo que ahora yo también pedía, que yo también añoraba.

~pero no sabía si podríamos dárnoslo~

Estuve tanto tiempo atrapado en mis pensamientos que apenas noté que ya habíamos llegado cuando cruzamos la puerta de mi casa.

Coringa corría de un lado a otro al notar a Vegetta, yo solo sonreí al saber el gran cariño que se tenían ese par, porqué aunque Vegetta dijera que mi perro era algo molesto, en el fondo sus ojos brillaban cuando este hacía un truco que el mismo le enseñara.

~Pero esta vez sus ojos no brillaron~

Esta vez aunque le sonrió como todas las otras veces, esta no fue Igual, esta parecía tan falta de sentimientos que hasta mi propio perro lo noto, que hasta el dejo de mover su colita.

~¿tú también miras nuestra tristeza~

~¿tú también miras nuestra tristeza~

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.
Depresión[Rubegetta]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu