Depresión[Rubegetta]

Cap 33 | Tristeza

Narra Rubius

Con pesar mis ojos comenzaron a abrirse lentamente, visualizando la oscuridad que los consumía.

Recorrieron toda la habitación hasta detenerse en una ventana morada, por la cual pasaban unos apenas visibles rayos que la gran luna nos daba, aunque ese no era el motivo de que me halla despertado.

La razón por la cual estaba despierto a lo que seguro serían las 3 de la madrugada, era que aquel hombre con el que estaba compartiendo la cama no paraba de moverse.

Molesto lo miré para reclamarle pero me quede estático al verlo.

Sus ojos estaban totalmente cerrados, aunque aún así parecía brotar de estos lágrimas, sus manos empuñadas en las sábanas moradas haciendo tanta presión que estas casi estaban del mismo color, su piel estaba pálida, cubierta por una fina capa de sudor y sus labios entreabiertos de los cuales salían murmullos que no podía comprender, se encontraban casi verdes.

-¿Vegetta..? - susurré con el pequeño hilo de voz que aún tenía.

-No.. - comenzó a susurrar entre sollozos - No.. No... No... No.. - y los susurros cada vez más altos comenzaron a convertirse en gritos.

Tome sus hombros y di pequeñas sacudidas para despertarlo, pero parecía no dar resultado, ya que los gritos aumentaban cada vez más.

~¿Que estaba pasando?~

Sus largos dedos se dirigieron a su cabello el cual apretó con fuerza, sus sollozos eran mayores igual que sus gritos, su pecho subía y bajaba con furia.

-Vegetta por favor despierta - comencé a llorar de la desesperación, no sabía que hacer, no sabía lo que pasaba.

~¿Que hago?~

-¡NO! - dio un último grito y con eso logró abrir los ojos aunque esto no sirvió de mucho, en esos lindos ojos morados no veía más que miedo y tristeza, no había ningún tipo de brillo.

Volvió a tomar su cabello de la misma manera aprisionándolo con fuerza mientras volvía a susurrar lo mismo.

-Vegetta - comencé a hablarle y a volver a tomarlo de lo hombros para que se detuviera.

-No.. No.. No.. No.. - seguía una y otra vez, tome su rostro y lo alce para que me viera a los ojos, la opresión en mi pecho aumentó más cuando nuestros ojos se conectaron, ese no era mi Vegetta - Mátame... - cuando escuché lo que dijo sentí como mi mundo se frenaba, mis ojos se abrieron mucho más que antes y un fuerte escalofrío recorrió mi cuerpo y como si de un interruptor se tratara rápidamente su expresión cambio al igual que sus gestos, sus manos soltaron su cabello y sus ojos volvieron a trasmitirme la paz que solo ellos podían darme - Yo... lo siento... - término de decir y agacho la mirada.

Trate de tragarme ese enorme nudo que sentía en mi garganta y tome su cara entre mis manos acariciando sus mejillas.

Volví a elevar su cara solo para verlo bien, su cara volvía a tener su habitual color igual que sus labios, me senté encima de él y lo abracé con fuerza.

~Este si era mi Vegetta~

Sus brazos tardaron unos segundos en reaccionar pero rápidamente me envolvieron en un fuerte abrazo.

El hundió su cara en mi pecho y casi al instante sentí como este se humedecía, lo abrace con más fuerza intentando calmar sus sollozos, intentando calmar su respiración y sus posibles pensamientos.

Mi pecho dolía con fuerza aunque sabía que no sería nada comparado con lo que seguramente el sentía, y eso me jodia mucho.

Luego de un rato su respiración volvió a ser totalmente normal y los sollozos pararon por completo dejándonos en completo silencio, aunque aún así no nos separamos.