Cap 26 |Recuperarte

7K 833 848
                                    

Narra Rubius

Di otro trago a la botella del vinito barato de Luzu, sentía el líquido caer caliente en mi garganta mientras mi mareo incrementaba.

-Mangeh.. -lo llame y este dejo de abrazar a el dragón azul para verme.

-¿Queh.. .. Q...Quiereh.. d...due..ende? - yo reí al notar que estaba más borracho que yo.

Me dijo duende.

-¡¡Eh!! ¿P..porqué te rieh... duendeh? - pregunto molesto tambaleándose de un lado a otro.

-Chicos deberían ir a sus casas ya han bebido mucho - hablo el mismo dragón.

-N..No me quiero ir dragón - hable serio y Mangel rio.

-N..No eh un dragón.. eh un pingüino, ¿no lo veh duende? - volvió a hablar Mangel

-Chicos soy su mesera, y ya es tarde estoy por cerrar, ¿hay alguien que pueda venir por ustedes?

Ambos negamos con la cabeza y la escuchamos suspirar.

-¿No se saben ningún número? - volvió a preguntar el dragón que se creía mesera.

Hice memoria y recordé que había uno que conocía a la perfección, aunque no sabía muy bien de quién era.

-Yo.. tengo uno dragón mágico.. - reí con Mangel, porqué era obvio que no era un dragón mágico, solo un dragón normal.

Le dicte el número al dragón el cual marco molesto por la situación, al hacerlo no paso mucho tiempo cuando escuchamos a alguien ingresar a la taberna.

-¡Lolito! - gritó Mangel abrazándolo cuando llegó.

¿Así que de él era el número?

Lolito se separó incómodo de Mangel, me miro a mi y casi juraba que estaba molesto, aunque no comprendía la razón.

-O..Oye Duende... ¿p..porque sabeh el número... de mi hombreh? - reclamó Mangel y yo iba a hablar pero Lolito me interrumpió.

-No me llamo a mi, a mi me llamo Vegetta - hablo serio

Sentí mi corazón latir rápidamente.

Mis manos se se Gian inquietas

~¿Vegetta?~

-P..pero.. ¿C..Como? - dije sintiéndome más maridado que antes, mis manos comenzaron a sudar y mis risas se esfumaron

-El me llamo para decirme que pasará por Mangel, ya que el pasaría por ti.

Cuando escuché esas palabras mi respiración se detuvo por momento, un rubor grande se colocó en mis mejillas y mi corazón latía emocionado, cada vez más rápido, hasta un punto en el que podía oírlo, y rogaba que nadie más lo escuchara, rogaba que el no lo escuchara.

Se volvieron a escuchar pasos, los cuales me sacaron de mi trance, pasos que me hicieron entrelazar mis dedos para dejar de moverlos por el nerviosismo que ahora tenía.

Al subir la mirada volví a contener la respiración, mis ojos inspeccionaban todas sus facciones, todos sus gestos, inspeccionaba todo su ser, inspeccionaba sus lindos ojos, en busca de poder ver su alma por medio de estos, pero no podía, solo veía su mirada cansada, su mirada sin brillo, la cual trataba a toda costa de evitar la mía, lo sabía, ya que cuando llegó, su mirada y la mía se habían encontrado, pero el la quitó rápidamente, provocando un profundo dolor en mi pecho, en mis manos, las cuales estaban inquietas por tocarlo, quería pasar mis manos por todo su pecho todas las noches, aunque no tanto como quería pasarlas por su cara mientras el me miraba dulcemente, enserio deseaba que me mirara, el tenerlo tan cerca, pero no poder tocarlo, abrazarlo, besarlo o decirle lo mucho que lo amaba me estaba matando, pero no tanto como ver que su mirada sin vida buscaba cualquier punto menos la mía.

Depresión[Rubegetta]Where stories live. Discover now