Depresión[Rubegetta]

Cap 29 | Lava (Maratón)

Narra Auron

Mi cabeza dolía mucho, demasiado diría yo, pero no tanto como lo hacía mi cuerpo.

Con mucho pesar me levante de mi cama, ni siquiera sabía cómo había llegado ahí.

Al hacerlo camine hasta mis cofres para tomar algo de comida.

Recuerdos del día anterior volvieron a mi, rápidamente miré mi mano para ver si aún estaba la herida pero mayor fue mi sorpresa al ver mi mano totalmente amarilla, mira la otra y estaba igual, despavorido corrí para verme en un espejo y otro gritó salió de mi.

Mi cara era igual a mis manos, era totalmente amarilla y mis ojos un profundo negro, ademas que parecía que estaba echo de una cosa viscosa, acerque mi mano a mi nariz y olí aquel aroma.

Miel.

~¿Estaba echo de miel?~

Más recuerdos me invadieron, aquella cosa amarilla que Luzu me había echo tomar, el gran mareo que sentí, y la miel que salía de mi herida.

Sentí la rabia recorrer mi cuerpo, al igual que un gran calor que parecía apropiarse de mi, a pasos decididos camine hacia aquella gran construcción llena de lava.

Quería reventarlo a puñetazos, golpearlo hasta que me suplicara que parara, pero no planeaba hacerlo, iba a desfigurarle su bonita cara.

Toque con fuerza su gran puerta, casi parecía que en lugar de esperar a que vinieran a abrirla parecía que quería tirarla abajo, y al pasar de los minutos esa última idea se veía más tentadora.

-¡Que ya voy! Que pesados - escuché su voz y pasos acercarse cada vez más - Auroncito - sonrío coqueto - impresionante, estás enojado - sonrío admirando mi cuerpo, yo lo miré sin entender mucho pero con la irá aun recorriendo mis huesos, claro si es que aún tenía huesos abajo de esta cosa- lo digo porqué estás echo de lava justo ahora - miré alarmado mi mano y tenía razón, la miel se había convertido en lava - cuando te enojes se hará así, mientras seguirá siendo miel - su sonrisa burlona regreso.

Una idea pasó por mi mente logrando que yo también sonriera de la misma manera, coloque mis manos sobre las suyas, habría sido más efectivo ponerlas en su cuello pero lo necesitaba vivo si quería la cura.

Pero su sonrisa siguió intacta, logrando que la mía desapareciera poco a poco, incluso podía jurar que la rata asquerosa había entrelazado nuestro dedos, mirándome fijamente a los ojos.

-¿Enserio creíste que sabiendo todo lo de la lava no iba a suponer que tratarías de hacer eso? - soltó una gran risa - y será mejor que dejes de hacerlo, porqué la posición que tome durara mucho rato.

Me solté rápidamente de el y mis ganas de matarlo no hacían más que aumentar.

-Pero vamos, hay cosas que tenemos que discutir y no tengo todo el día - comenzó a caminar y yo lo seguí detrás, tratando de contenerme para no reventarlo.

Pero mientras más entraba mayor era mi sorpresa ante aquel jardín, de echo casi se me salen los ojos al ver un gran altar muy raro junto a su casa, y estaba más que claro que ese era uno de esos que ocupaban los brujos de magia negra para hacer cosas no muy buenas

Pero a pesar de sentir un mal presentimiento al estar ahí, también sentía una gran opresión en el pecho al recordar cómo solía ser aquel jardín antes, lleno de colores, de alegría, de amor, de vida, justo como el dueño, y ambos se habían nublado por completo, ambos se habían consumido por la maldad.

¿Habría una oportunidad de que las cosas fueran como antes? ¿De volver a ver esos ojos llenos de amor? ¿De escuchar su verdadera risa, y no la sarcástica? ¿De volver a sentir sus caricias? ¿Había una oportunidad de volver a tener a mi Luzu?