Cap 45| Agonía

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Narra Rubius

Caminaba de un lado a otro con desespero, ¿dónde coño se suponía que estaba Vegetta?

Hace más de 5 horas que se había ido Mangel, ya que tenía que coordinar un viaje para ir por Lolito y yo no había podido acompañarlo con la esperanza que Vege regresaría, que regresaría a mis brazos y todo estaría bien.

Pero no era así.

~¿porqué me duele tanto el pecho?~

Volví a bajar hasta la parte baja de su mansión y nuevamente no había nadie, nuevamente aumentaba aquella sensación, nuevamente aumentaba mi desesperación.

~Todo estaba bien ¿verdad?~

Volví a entrar a la casa y me senté en aquel gran sillón, en ese gran sillón donde pasaba las mejores noches de mi vida junto a la persona que amaba, junto a la única persona que me hacía volar, que me hacía sentir que junto a él todo valía la jodida pena y aún así, aún así por esa misma persona estaba temblando al imaginarme las peores cosas, aun así por esa persona mordía mis dedos con desespero tratando de dejar mi ansiedad en su ya rojo color.

~¿Qué debo hacer para ya no sentirme así?~

Y lo peor de todo es que no sabía cual era mi preocupación, el miedo a que haga algo irreparable o que esté en los brazos de alguien más, pero lo último era absurdo ¿verdad?

Después de todo el no me había dado motivos para dudar, pero aún así aquí estaba imaginándolo en los brazos de alguien más, aún así aquí estaba imaginando que alguien más besaba sus lindos labios, aún así estaba pensando que alguien más secaba sus lágrimas.

~Pero ¿Quien secaría las
mías?~

¿Quien me abrazaría? ¿Quien me diría que todo estaba bien? ¿Quien tomaría mis manos para calmar su temblor, quien calmaría mis dientes que apretaban con tanta fuerza mis muñecas y dedos que hasta podía sentir en mi paladar aquel sabor metálico.

Sangre.

Nuevamente me puse de pie quitando las lágrimas que habían salido sin permiso, quitando las lágrimas que ahora empañaban mis cansados ojos, esos ojos que rogaban por ver a la persona que amaba, verla sonriendo a su lado y solo a su jodido lado.

~¿Soy egoísta?~

Camine esta vez decidido hacia aquella gran casa árbol, camine decidido mientras sentía como mi corazón palpitaba más rápido que nunca, mientras sentía mi respiración más pesada, mientras escuchaba como una parte de mi me gritaba que no lo hiciera, me gritaba que me detuviera, que diera la vuelta y lo esperara.

Esa parte quería regresar y esperar a que el llegara y me sonriera diciendo que todo estaba bien, aunque no fuera así, que me sonriera diciéndome que era feliz aunque ahora se que no es así, quería que me dijera que no había estado con nadie más aunque justo ahora no tenía idea si eso era cierto o no.

~¿prefiero que me mienta?~

Gotas gruesas caían de ese cielo tan apagado, de ese cielo tan oscuro que al compartirlo con el se llenaba de las estrellas más brillantes y bonitas.

Pero ahora que él no estaba conmigo, el cielo parecía compartir mi sufrimiento, el parecía compartir mis lágrimas de angustia, angustia al no saber que hacer, no saber que hacer para que vuelva a sonreír, no saber que hacer cada mañana cuando despierto entre lágrimas a buscarlo, a tocar su pulso para saber si aún no lo ha echo, para saber si aún no ha acabado con su vida.

~¿porqué no te puedo
hacer feliz?~

Levante mi capucha hasta cubrir mi cabello por completo, queriendo resguardarme aunque sea un poco de ese cielo tan tormentoso y ruidoso.

~¿A el cielo también le duele?~

Mientras más avanzaban mis pasos, más pesados eran estos, mientras más avanzaba más grande era ese dolor en el pecho, mientras más avanzaba más grande era mi angustia, más grande era mi preocupación, más grande era esa preocupación que me gritaba que corriera, que corriera hasta que esté frente a mi, hasta que esté frente a mi y lo abracé tan fuerte por siempre, para que no se vuelva a ir, para que no se valla nunca.

~¿Porqué me siento así?~

Al estar más cerca sentí como mis manos sudaban, sentí la horrible necesidad de volver a morder mis dedos, quería morderlos hasta que volvieran a sangrar, hasta que sangraran y bañaran mis blancas ropas en rojo.

~Ya no quiero estar así~

Miré la puerta por un momento dudando entre sí estaba bien tocarla o si lo mejor era irme sin más, si era irme intentando confiar, intentando calmar mis nervios.

Pero ¿cómo debía decirle a mi pecho que dejara de doler?, ¿cómo decirle que dejara de presionarse tanto?, ¿cómo decirle a mis nervios que se calmaran? Si ahora solo quería gritar, si ahora solo quería gritar hasta que mi garganta se desangrara, pero no me importaría que lo hiciera, no me importaría si con eso él volviera.

~¿Está bien esto?~

Tome una gran bocanada de aire para al fin tocar esa fría puerta, para tocar esa fría puerta que resguardaba mil respuestas y a la vez no resguardaba nada.

~¿Porqué quiero llorar?~

Espere unos minutos a que Vege abriera, a que alguien abriera, a que cualquier persona abriera, pero los malditos minutos avanzaban, avanzaban tan rápido que se iban entre mis temblorosos dedos, los jodidos minutos pasaban haciéndose cada vez más eternos, cada vez más horribles y desesperante para mi pobre corazón que latía tan rápido que dolía, dolía tanto que quería sacarlo de mi pecho junto al dolor.

Pero aún así no parecía tener respuesta.

~¿dónde estás?~

Volví a tocar tratando de convencerme que era una señal de que debía irme, de que debería dejar esto de lado y calmar mis nervios, calmar mis jodidos nervios que cada vez gritaban más fuerte, tan fuerte que hacían que mi cabeza doliera como el infierno.

~¿Debería irme?~

Pero ¿cómo lo hago? ¿Cómo le ordenó a mis pies que caminen si parecían tan candados como yo? ¿Cómo ordenarles a mis dedos que dejen de golpear la puerta si ellos también buscan una respuesta? ¿Cómo decirle a mis lágrimas que dejen de caer si se sienten tan identificadas con el cielo? ¿Cómo le digo a mi corazón que no sienta? Que no sufra, que no se desespere, que no ame.

¿Cómo pido todo eso si yo no quiero hacerlo?

Si yo solo quiero quedarme ahí a golpear la puerta hasta que está se caiga, hasta que se caiga y pueda ver atrás de ella a la jodida persona que amo, a la persona que no estoy dispuesto a olvidar, a la persona que no estoy dispuesto a dejar de amar.

-No... - deje salir un sollozo mientras daba un último golpe a la puerta y recostaba mi cansada cabeza en ella - e..esto no está bien... no - deje que las lágrimas cayeran como a ellas mejor les pareciera, como ellas mejor se sintieran.

Y con todas mis fuerzas me separé de la puerta para verla por última vez e irme de ahí con un único pensamiento.

~Esto no está bien~

-¿Rubius? - me di la vuelta tan rápido escuché esa voz, esa jodida voz.

Pero mis pies volvieron a quedarse quietos, mis manos volvieron a picar, mi corazón apretó con tanta fuerza que no sabía cómo es que no me había lanzado al suelo del dolor, pero justo en ese momento no podía hacer nada, ni siquiera escuchar las palabras que salían de aquellos labios que se movían, porque si, era lo único de lo que aún estaba consciente.

Solo podía ver como el mejor amigo de la persona que amaba hablaba en el marco de esa puerta en la que tanto grite.

Con una jodida toalla en la cintura.

Depresión[Rubegetta]Where stories live. Discover now