Cap 36 | Sexshoping 3

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Narra Rubius

Al entrar a mi casa lo primero que sentí, fue a Vegetta atrás mío mientras pasaba sus manos por debajo de mi camisa, jugando con mis pezones.

-Joder Vegetitta, al menos deja que me ponga bonito para ti - dije con tono burlón al notarlo tan desesperado, aunque yo también lo estaba.

Vegetta mordió mi oreja y yo solté una risita.

Me encantaba cuando se ponía así.

-¿Y cuánto se supone que tardarás para hacer eso? - su mano comenzó a bajar hasta meterse entre mis pantalones y comenzar a jugar con mi polla.

-Vege.. s..suelta - dije como regaño pero el no hacía caso - Ah.. me daré prisa.. a..anda suelta para que me.. Ah ... cambie - dije entre gemidos.

Aun no entendía como Vege podía hacerme gemir tan desesperadamente con unos toques suyos.

El a regañadientes me soltó a lo que yo corrí a mi habitación para vestirme, antes de que volviera a tomarme.

Al llegar tire todo el contenido de mi bolsa y comencé a sacarme la ropa apresurado.

No podía esperar para ver la expresión que pondría al verme así.

Lo único que agradecía de aquella muchacha de la sexshoping era que había puesto por separado nuestras cosas, porqué de no ser así hubiera sido muy vergonzoso que tuviéramos que sacarlas juntos, ademas que habría visto a mi nuevo "amigo" morado.

Una vez listo el traje miré mi reflejo y sonreí, no era por nada pero me veía jodidamente ardiente.

~Joder hasta yo me follaria~

La manera en la que el negro contrastaba con mi blanca piel como ya había supuesto, como se ajustaba a mi delgado cuerpo, ademas que el collar con cadena me daba otro toque, uno que esperaba volviera loco a Vege.

Tome las esposas colocándolas en amabas manos y uniéndolas con una cadena a mi collar.

Di un largo suspiro y con seguridad camine escaleras abajo para ir por mi hombre.

Una vez baje lo vi ahí, ya se había sacado la camisa, logrando que sus músculos se contrajeran con sus movimientos y que yo quisiera pasar mi lengua por ellos y luego morderlos.

Y estaba tan concentrado en servir vino en dos copas mientras se recostaba en el respaldo de el sillón, que no me vio venir, lo cual aproveché y comencé a caminar con una sonrisa hasta llegar frente a él.

Una vez estuve lo suficientemente cerca de el, levantó su mirada, la cual brilló más que antes mientras inspeccionaba cada parte de mi cuerpo.

-¿Te gusta?..- pregunte nervioso.

A lo que sentí como jalo la cadena acercándome lo suficiente para que yo tuviera que sentarme en sus piernas.

~Mi lugar favorito~

Sus grandes manos recorrieron mis muslos lentamente acariciando mis piernas hasta colocarse en mis caderas, las cuales pellizco y apretó.

-¿Gustarme? - volvió a tirar de la cadena para que nuestros labios se rozaran - me encantas osito.

Yo sonreí y uní nuestros labios, disfrutando de su suavidad.

Sus besos eran tan suaves y lentos que llegaba a ser una tortura hasta cierto punto, ya que lo que menos deseaba en este momento es que fuera suave, necesitaba que me devorara, que me hiciera gritar, que desgarra mis caderas, necesitaba su polla entrando en mi, abriendo mis paredes hasta llegar a mi punto dulce, el cual estaba necesitado de sus embestidas.

Depresión[Rubegetta]Where stories live. Discover now