Capítulo 2: Reencuentro inesperado.

49 6 0
                                    

Después de una media hora conduciendo a toda velocidad, Spencer aparca el coche en la cuneta de la carretera desde donde se puede ver la otra base. Josh lo hace justo detrás de él. Luego nos bajamos del vehículo, cada uno cogiendo su mochila con sus cosas. Yo saco mi arma para cargarla con la munición necesaria; Spencer y los demás se reúnen con nosotros cuando terminan de prepararse.

–Antes de entrar, vamos a dividirnos por parejas para organizarnos mejor. Cada pareja que planee una estrategia en caso de que haya que atacar –nos explica–. Si vemos que las cosas se complican demasiado, nos uniremos todos y atacaremos con los supervivientes de la base.

Josh y yo nos ponemos juntos porque los dos nos complementamos. Él domina muy bien el enfrentamiento cuerpo a cuerpo y yo la destreza con las armas.

–Yo iré delante; tú irás detrás para cubrirme las espaldas. Si las cosas se ponen chungas, abandona tu posición y ataca conmigo.

Asiento con la cabeza y empezamos a caminar junto a las demás parejas hasta el portón de la base. Una vez llegamos ahí, todos nos dividimos.

–Dios mío –es todo lo que consigo decir cuando veo que la entrada está llena de cuerpos de infectados abatidos.

–Se ha liado una buena aquí, sí...

–¿Te has fijado también en las malas condiciones en las que está el muro de protección? –pregunto con un tono de sorpresa.

–¿Desde cuándo esas cosas son tan agresivas como para casi destruir un muro de hormigón?

–No lo sé, pero esto no pinta bien... –añado con preocupación.

Continuamos andando hasta que llegamos al primer edificio. Lo inspeccionamos de arriba a abajo, pasando por cada habitación en busca de algún superviviente. Pero lo único que encontramos son más y más cuerpos de infectados, obviamente sin vida. Así que lo abandonamos y justo al salir nos encontramos con Kendall y su pareja.

–¿Habéis encontrado algo? –nos pregunta mi amiga.

–Nada –Josh niega con la cabeza–, ¿vosotros?

–Tampoco –suspira–. Creo que hemos llegado demasiado tarde.

–¿Y queda algún edificio más por registrar?

–Todas las parejas los hemos registrado todos...

–¿Y esa caseta? –salto de pronto, indicando el sitio con mi dedo índice.

–Pues ahora que lo dices... creo que nadie ha entrado ahí –dice Kevin, la pareja de Kendall–. Vosotros id a echar un vistazo si queréis. Nosotros iremos a reunirnos con los demás.

–Vale, ahora nos vemos –le digo.

Nos volvemos a separar y vamos a la caseta por mera curiosidad. Nos damos cuenta de que la puerta está cerrada por dentro. Josh empieza a dar golpes con el hombro para echar la puerta abajo, sin embargo se le resiste.

–Hannah, apártate un momento –me pide, por lo que yo retrocedo unos pasos atrás y él tumba la puerta de una patada.

Este chico está fuerte.

Pasamos adentro y solo tenemos unos segundos para admirar que en su interior guardan munición y explosivos, porque de pronto un chico de pelo negro aparece entre unas estanterías, y tras él, una chica de pelo castaño. En cuestión de segundos también se nos echan encima. El chico le hace un calmante a Josh en la pierna y lo deja inmovilizado en el suelo; la chica me agarra con todas sus fuerzas y me apunta con una pistola en la sien.

–¡Hey! ¡Hey! ¡Calmaos! –trato de tranquilizar la situación. Josh mientras tanto, sigue en el suelo, retorciéndose de dolor. Este chico también está fuerte.

Los Supervivientes De La TraiciónWhere stories live. Discover now