Capítulo 6: Posible vacuna.

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Tras regresar a la base, cogemos un coche para desplazarnos. Llegamos a las afueras de la ciudad, lo que significa que ya estamos muy cerca del lugar.

–De momento no hay ningún infectado u otro enemigo por la zona, así que démonos prisa en investigar este sitio –indica Spencer cuando aparca el coche.

Los cinco salimos del vehículo con nuestras armas, luego de uno en uno vamos saltando la valla que rodea el campamento. Hay que tener agilidad para estas cosas, no cualquiera puede hacerlo. Yo nunca fui demasiado buena en el parkour, pero no me quedó más remedio que aprender y mejorar con el tiempo. En un mundo así, en el que todo está destrozado, hay que saber moverse bien.

Una vez dentro, nos volvemos a separar como en el laboratorio para investigar más rápido. Estoy con Layla otra vez, dirigiéndonos a una especie de comedor. Allí nos ponemos a rebuscar y a mirar en cada esquina, siempre atentas a cualquier peligro.

–Aquí ha habido gente hasta hace muy poco –le digo a mi compañera al ver que hay comida en buen estado dentro de una nevera portátil.

–Spencer decía que esto estaba abandonado –añade.

–¿No te has dado cuenta de que eso era una excusa? –mi mirada se desvía hacia ella–. Por algún motivo él no quería venir hasta aquí.

–A lo mejor tenía miedo de encontrarse con enemigos –se encoge de hombros mostrando indiferencia.

–Conozco a Spencer, y créeme, él nunca tiene miedo de enfrentarse a ningún peligro.

Seguimos buscando por la sala en silencio hasta que mi compañera se agacha a recoger algo del suelo, como si hubiera dado con algo importante.

–Hannah... mira esto... –la voz le tiembla un poco.

–¿Qué ocurre? –me acerco a ella a paso rápido–. ¿Qué has visto?

–Es un pasamontañas –me lo enseña–, como los que llevan los Encapuchados.

–Vale, esa gente ha estado aquí. Ya no cabe duda –Layla y yo nos miramos fijamente a los ojos durante unos instantes, y después las dos salimos corriendo a buscar a los chicos.

Entonces Josh y Marcus salen de una habitación justo cuando nosotras vamos corriendo. No les vemos al torcer la esquina del pasillo, así que nos acabamos chocando con ellos. Y ha sido de esos choques fuertes que duelen. Pero más fuerte ha sido el susto que me he llevado al toparme con ellos, literalmente casi me da un paro cardíaco.

–¡Au! –Layla se queja al impactar contra el torso de Marcus.

–Chocarme con un roble habría dolido menos –protesto por lo bajo mientras me alejo de Josh. Los dos hermanos cruzan miradas y se ríen.

–¿Estáis bien? –nos pregunta Marcus.

–Se podría decir que sí –Layla me mira–. Solo os queríamos enseñar una cosa.

–¿El qué? –preguntan los dos hermanos al unísono. Layla le entrega el pasamontañas y a ambos se les abren los ojos en sorpresa.

–Es el mismo pasamontañas que utilizan los Encapuchados –dice mi compañera.

–Layla y yo creemos que esa gente ha estado aquí –añado.

–No es que esa gente haya estado aquí, es que realmente estamos en el que era uno de sus campamentos –todos nos volteamos en la dirección de Spencer cuando aparece por el pasillo, sus palabras hacen eco en nuestras mentes.

–Te lo dije... –susurra Josh mientras que él deja un archivador encima de una mesa que tenemos al lado.

–He encontrado esto por ahí. Este archivador pertenece al líder de los Encapuchados, igual que el cuaderno que se encontraron Hannah y Josh –comienza a explicarnos. Nosotros le escuchamos atentamente–. He estado leyendo alguno de los documentos que hay dentro y el líder de este grupo se hace llamar Scott. Este hombre es uno de los científicos que trabajaba en el laboratorio en el que estuvimos y conoce una una vacuna que podría ser efectiva.

–¿Cómo has dicho? –doy un salto hacia atrás, creo que no he oído bien–. ¿Acabas de decir una vacuna?

–Así es. Puedes comprobarlo tú misma, ahí lo dice –hace un gesto con la cabeza, indicando el archivador.

–Vale... y si ese hombre conoce una vacuna, ¿por qué no la pone en práctica? –le pregunto, desconfiando un poco.

–Por lo que he podido leer, las investigaciones que realizaban eran ilegales y estaban supervisadas por él. Si ese hombre pone en uso su vacuna se acabaría sabiendo que fue uno de los científicos que ocasionó todo lo del virus, y eso llevaría a descubrir que mucha más gente estuvo implicada.

–¿Y por qué las realizaban si eran ilegales? –añade Josh.

–Tendrían que ganarse la vida de alguna manera –Spencer se encoge de hombros.

De repente empezamos a escuchar jaleo fuera del campamento. Miro por una ventana y veo que hay infectados merodeando la zona. Ya estaban tardando en aparecer.

–Oh, mierda... –maldigo en voz baja–. ¡Infectados! ¡Tenemos que irnos! ¡Ya seguiremos hablando de esto en otro momento! –las palabras salen de mi boca atropelladamente.

En un acto veloz, Spencer se guarda el archivador en su mochila y nos preparamos para un posible enfrentamiento con los infectados.

Josh y Marcus van delante, Layla y yo vamos en medio y Spencer va detrás de nosotras para cubrirnos. Los infectados no tardan en correr hacia nosotros cuando nos ven, emitiendo esos gritos tan desagradables para los oídos. Comenzamos a disparar a medida que se nos van acercando, pero Josh, al estar en cabeza, se queda antes sin munición y necesita cargar el arma.

–¡Hey, Marcus, necesito que me cubras! –le pide.

–¡Descuida! ¡Yo me encargo!

Marcus controla la situación bastante bien hasta que pierde de vista a uno de los infectados y se le escapa. Josh no está al tanto y se le echa encima.

–¡Josh, a tu derecha! –le grito para que reaccione.

Menos mal que me escucha a tiempo y consigue aturdir al infectado de un puñetazo. Yo lo remato pegándole un tiro en la cabeza.

–Uf, eso estuvo cerca, ¿eh?

–Gracias –me dice fríamente.

–No ha sido nada –le respondo con el ceño fruncido. Me esperaba una respuesta menos fría.

Le acabo de salvar el pellejo, como quien dice.

–Volvamos al coche –ordena Spencer–. Puede venir otra horda en cualquier momento y no tenemos suficiente munición para hacer frente a más.

Así que eso es lo que hacemos, nos montamos en el vehículo a toda prisa y Spencer conduce de vuelta a la base. En el trayecto nadie habla ni dice nada, todos estamos muy impactados por todo lo que hemos descubierto hoy. Mi mirada está fija en el paisaje fantasma que recorremos. No puedo dejar de pensar en esa vacuna, y en general, en todo lo relacionado con el tema.

Esto me ha llenado de esperanza.

Los Supervivientes De La TraiciónWhere stories live. Discover now