Capítulo 3: Mutación y hallazgo misterioso.

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Bajamos de uno en uno por la escalerilla que da al búnker. La gente que llevaba horas atrincherada sin saber nada de lo que estaba pasando en la superficie se alivia mucho al vernos a todos. Nos reciben agradecidos a los que hemos venido hasta aquí por ellos.

–Silencio todo el mundo, por favor. Necesito comunicaros algo muy importante –empieza a decir Marcus. Todo el mundo se calla inmediatamente y se hace el silencio en todo el búnker para escuchar lo que tiene que decirnos. Se nota que Marcus es el líder aquí–. Creo que todos hemos sido conscientes de la gravedad de lo que ha pasado hoy. La agresividad de los ataques que hemos sufrido se debe a que la enfermedad en los infectados ha mutado. Esas cosas de ahí fuera ahora son mucho más violentas y peligrosas. Antes atacaban a cualquier cosa que se moviera, ahora son más inteligentes y solamente atacan a personas humanas para así poder propagar la enfermedad con efectividad –Josh, que está a mi lado, me da una mirada de preocupación. Al mismo tiempo, la gente a nuestro alrededor empieza a ponerse nerviosa y a cuchichear cosas inaudibles por lo bajo–. Nuestra base está en muy malas condiciones y no podemos quedarnos aquí. Además, nos queda muy poca munición después de los ataques de hoy y...

–Podéis venir con nosotros –Spencer le interrumpe–. Tenemos espacio de sobra en nuestra base.

–¿Seguro? Podemos buscarnos otro sitio temporal...

–Seguro –responde Spencer con firmeza–. No os vais a quedar aquí estando tan desprotegidos.

Marcus asiente con la cabeza y con una sonrisa le agradece a Spencer el enorme favor que acaba de hacer por él y por su gente. Ha sido un gesto muy amable por su parte que probablemente no olvidará nunca.

–Pero hay una cosa que no acabo de entender... ¿el virus ha mutado en todo el país o solamente en determinadas zonas? –interviene Josh en la conversación.

–Eso es lo que no sé –su hermano se encoge de hombros–. En nuestra zona estoy seguro de que ha mutado porque no había visto cosa semejante en todos estos años. Es por eso que ahora debemos tener más cuidado que nunca.

Se escuchan más murmullos y comentarios de preocupación de la gente. Todos nos mostramos muy inquietos y nerviosos. Es inevitable no sentirse así cuando te dan una noticia tan alarmante, en la que está en riesgo tu vida.

–Sé que en estos momentos es difícil mantener la calma, pero necesito que de manera ordenada recojamos todas nuestras pertenencias y cosas de valor, como las armas y la poca munición que tenemos, ¿de acuerdo? Cuando estemos preparados, cogeremos varios coches para desplazarnos hasta la base del distrito sur –hace una pequeña pausa para mirar a Spencer–. Spencer y sus militares serán nuestros nuevos compañeros a partir de ahora.

Todos salimos del búnker. En la superficie cada uno se separa y se va a recoger sus cosas. Nuestro grupo se queda vigilando en el portón por si se produjera algún imprevisto más. Cuando todo el mundo tiene lo que necesita, el hermano de Josh prepara tres coches en buen estado para transportar a los suyos. Nosotros regresamos a los nuestros y partimos rumbo de vuelta a nuestra base. Los tres coches de Marcus nos siguen durante todo el camino.

Ya ha amanecido. Son las ocho de la mañana cuando llegamos. Me bajo del vehículo junto a mis compañeros, y es entonces cuando la gente que se quedó aquí se aproxima a nosotros para recibirnos, seguramente sin entender el motivo por el que hemos vuelto más de los que nos fuimos.

–¿Qué ha ocurrido? ¿Qué hace toda esta gente aquí? –la gente, como era de esperar, comienza a hacer mil preguntas.

–Estos militares son los supervivientes del ataque que se ha producido esta madrugada en la otra base. Ellos se quedarán aquí con nosotros –explica detenidamente Spencer.

Luego, llevamos a nuestros nuevos compañeros al comedor del edificio y allí les ofrecemos comida y agua. También les ofrecemos medicinas en caso de que alguien esté herido. Mientras la gente se recupera, Spencer nos llama a Josh y a mí.

–Chicos, ¿podéis hacerme un favor?

–Sí, claro. ¿Qué pasa? –le pregunto.

–Necesito que vayáis al almacén a por suministros. Ahora somos más y vamos a necesitar más comida y agua, sobre todo más munición en caso de que sea necesaria. Yo os acompañaría, pero tengo que ocuparme de toda esta gente.

–Nosotros nos encargamos sin problema, no te preocupes –respondo con una amable sonrisa.

Cogemos nuestras mochilas y nuestras armas. El almacén está relativamente cerca, por lo que podemos desplazarnos a pie. Salimos de la base y andamos durante unos diez minutos. Desde lejos vemos a dos infectados merodeando la zona.

–Vaya, qué agradable encuentro –dice Josh sarcásticamente.

–Tú te encargas de uno y yo de otro –le indico, él me responde asintiendo con la cabeza.

Josh y yo cargamos las pistolas. Nos acercamos sigilosamente para pillarlos por sorpresa, sin embargo son ellos los que nos sorprenden al final. En cero coma empiezan a correr hacia nosotros para atacarnos. Pese a eso, me centro en el infectado que quiero abatir y consigo matarlo de dos disparos, aunque por los pelos. Josh mata al otro infectado de un disparo en la cabeza.

–¿Te has fijado en lo rápido que nos han detectado? –dice Josh cuando pasa el peligro.

–Sí, y eso que no tenían ángulo para vernos.

–Mi hermano tenía razón... estas cosas han evolucionado.

–Vamos a darnos prisa en entrar y coger lo que necesitamos.

–Entra tú –me indica–, yo me quedo fuera para cubrirte.

–Vale. Espérame aquí.

–No tardes.

Abro el candado de la puerta del almacén. Entro dentro y cojo un carrito de la compra que me encuentro para ir metiendo las cosas. Me llevo una docena de latas de conserva, tres garrafas de agua y medicamentos. Recuerdo que Spencer me dijo que cogiera munición también, por lo que me llevo varios cartuchos de balas y explosivos. Salgo del almacén y nada más hacerlo, veo a un Josh entretenido leyendo algo.

–Qué gran guardaespaldas eres –digo irónicamente.

–Hannah, tienes que ver esto... –se acerca a mí para enseñarme algo.

–¿Qué es eso? –le pregunto al percatarme de lo que tiene en las manos.

–Es un cuaderno con notas de los Encapuchados. Tiene anotaciones con los nombres de los integrantes del grupo, estrategias de combate y hasta un mapa con sus campamentos base.

–A ver, déjame ver –me lo da y empiezo a ojear algunas páginas por encima–. Se le ha debido de caer a su líder...

–Pero es muy extraño que se le haya perdido por esta zona. Esa gente no se mueve por aquí.

–Deberíamos llevárselo a Spencer para que lo vea –le doy mi opinión.

–Sí, sería lo mejor.

Mi compañero guarda el cuaderno en su mochila; yo llevo el carrito durante todo el camino mientras él me cubre.

Sin embargo, no puedo parar de darle vueltas a lo raro que ha sido encontrar ese objeto aquí...

Los Supervivientes De La TraiciónWhere stories live. Discover now