Capítulo 51: Traición y confusión.

14 1 0
                                    

En efecto. El hombre que tenemos delante es Scott. Después de lo que ha costado llegar hasta él me parece incluso increíble que por fin le estemos viendo en persona. Nos invita a pasar a la sala, la cual es un pequeño despacho que solía ser del director de este hotel. Como de naturaleza desconfiada que somos, no nos hace mucha gracia estar en un sitio cerrado con él, ya que tiene una pistola y sabe usarla.

Pero, ¿qué otra opción tenemos?

Scott apoya su cuerpo sobre un escritorio mostrando una postura relajada; Josh y yo permanecemos de pie frente a él en silencio absoluto. Mi estómago se siente como si estuviera en una montaña rusa. Tengo unos nervios incontrolables dentro de mí porque este es el momento, lo que pase ahora puede determinar literalmente el futuro.

Se baja la capucha de la chaqueta y se quita el pasamontañas, revelando finalmente su rostro.

Y es entonces cuando el mundo se me viene encima.

Siento como si mil cuchillos me acabasen de apuñalar. Por un momento pienso que estoy delirando y que lo que ven mis ojos es solo producto de mi imaginación. Pero no, no lo es. La persona que tengo delante es real. Esto está pasando de verdad. Y juro que ha sido el choque de realidad más brusco que he experimentado en mi vida.

Como primera reacción, cubro mi boca con mis manos temblorosas para apaciguar la sorpresa. Luego, de manera inconsciente, empiezo a retroceder algunos pasos atrás para aumentar la distancia con él.

¿Y qué hay de Josh?

Nada. No hace nada. No se mueve, tampoco pronuncia palabra. Se ha quedado en completo estado de shock, y lo único que puede hacer es mantener su mirada fija en él.

–¿No vais a decir nada? –rompe el silencio entre nosotros mientras se cruza de brazos.

–Spencer, dime... dime que tú no tienes nada que ver con esto –mi voz suena muy inestable.

–Para empezar, no volváis a llamarme Spencer. Mi verdadero nombre es Scott. Scott Johnson. Y soy el líder de los Encapuchados.

–Te presentas como si fueras un completo desconocido para nosotros –añado.

–Hasta ahora no sabíais quién era realmente.

–Así que todo ha sido una mentira –empieza a decir Josh–. ¿Cómo has podido?

–Veréis –se aclara la garganta, obteniendo una postura firme y dando un paso al frente–, todo comenzó por culpa de un despiste. Mi cuaderno de notas se cayó cerca de la base y vosotros lo encontrasteis antes que yo, ¿recordáis? Luego fuimos al laboratorio y allí os hicisteis con más pistas. Sacasteis vuestras propias conclusiones y sospechas, así que tuve que planear algo. Se me ocurrió una misión con un objetivo muy preciso: una vacuna. Os mandé a ella creyendo que vuestra supervivencia no pasaría de los dos días, pero lo cierto es que, bueno, de alguna manera fuisteis avanzando. El grupo empezó a comunicarme que cada vez había más problemas con vosotros. Algunos se infectaron y otros murieron –hace una breve pausa–. Y llegó un punto en el que entendí que el que estaba perdiendo era yo. Me estaba quedando sin los míos, me estaba quedando solo... y ya solamente podía esperar a que este reencuentro tuviera lugar.

Es difícil explicar cómo te sientes cuando en realidad no sientes nada. Sus palabras han sido como una bala que ha atravesado mi cuerpo para dejar un vacío de decepción y traición en él. Duele. Duele como el maldito infierno estar en esta posición, porque no hay nada peor que te falle una persona a la que en algún momento le entregaste tu confianza.

–Es irónico que la persona que en su día me salvó, ahora haya intentado deshacerse de mí, ¿no crees? –le salto.

–¿En serio, Hannah? ¿En serio vas a reprocharme eso? –se ríe–. Yo simplemente te encontré y decidí ayudarte porque eras una cría indefensa.

–Era una cría indefensa por tu culpa. Perdí a mis padres, a mi hermana... ¡lo perdí todo! –doy un paso hacia él–. Y cuando por fin creía que había encontrado a alguien en quien confiar después del infierno que viví, resulta que en realidad estaba tratando con un hijo de puta que quería librarse de mí.

–¿Y qué quieres que te diga? Vosotros nunca habéis sido mis compañeros realmente.

–Explícame qué mierda hacías entonces en la base –salta Josh.

–Tenía formación militar además de científica, pero créeme, no estaba allí por interés propio. El verdadero motivo por el que estaba en la base era para tapar lo que no quería que se supiera. Básicamente os tenía controlados a mi antojo. Por eso os decía lo que hacer y lo que no en todo momento.

–Eres un hijo de la gran puta.

–La supervivencia es así –se encoge de hombros con indiferencia.

–No te atrevas a justificar tus actos con ese argumento –se acerca a él lentamente–. Mi hermano siempre decía que las mentiras tienen las patas muy cortas y que tarde o temprano se acaban destapando. ¿Sabes dónde está Marcus ahora? –ambos quedan a escasos centímetros–. ¡Muerto! ¡Tus putos hombres lo mataron! –le da un empujón, de manera que el cuerpo de Scott choca contra el escritorio.

–Yo también he perdido a gente que quería, Josh.

–Qué vas a saber tú lo que es querer a alguien si estás lleno de rencor y odio.

Las palabras de Josh me dejan asombrada hasta a mí. Es impresionante lo directo que puede llegar a ser algunas veces. Hay personas que no asimilan bien las duras verdades, y Scott es una de ellas. Su respuesta no es verbal, sino física. Ahora es él el que le da un fuerte empujón a Josh, haciendo que pierda el equilibrio y caiga al suelo.

Se van a pelear. No quiero ver esta escena. Ellos dos, a pesar de sus roces, solían ser amigos y llevarse bien la mayor parte del tiempo. Pero todo ha sido una mentira, por lo tanto su amistad también.

–¡Dile a Hannah la verdad! ¡Venga, cuéntaselo todo ahora! –grita Scott.

–¿El qué? ¿De qué demonios estás hablando? –el nerviosismo se plasma en mi tono.

–Tu colega sabía todo esto. Él también te engañó.

No.

Eso es imposible.

–¡¿Pero qué coño estás diciendo ahora?! –Josh se levanta del suelo de un salto con una expresión furiosa en su rostro–. Hannah –desvía su mirada hacia mí–, por el amor de Dios, ¡no le creas!

Comienzo a retroceder sobre mis pasos. Ya no sé qué pensar. Ya no sé quién está mintiendo o quién está diciendo la verdad. Mi cabeza está hecha un lío. Lo que ha pasado con Scott era lo último que esperaba, así que, después de esto...

Ya puedo esperar cualquier cosa.

Los Supervivientes De La TraiciónWhere stories live. Discover now