Guardian Of Your Heart [ Markson | Omegaverse ]

XL

Capítulo 40

— ¿Qué dices? — Dijo caminando hacia él —? Cómo? — Colocó sus manos en sus hombros haciendo que lo mire a los ojos, nunca lo había visto tan ansioso — ¡¿Cuál es la otra manera?!

— Pero... no te asustes... ¿De acuerdo?

— ¿Puedes decirlo de una vez Wang? — Dijo el ojiazul ya perdiendo un poco la paciencia — Por si no te has dado cuenta, hay más de 30 soldados subiendo hasta aquí...

— ¿Re-recuerdas.... cuando te dije que no me podía convertir en una bestia peluda que iba a lanzarse sobre ti? —Mark arqueó una ceja

— ¿Qué tiene que ver eso ahora?

— Lo que dije...Bueno... Yo... Te mentí. En Thainart... también te mentí.

Mark hizo una mueca de total confusión. ¿En qué le había mentido?

— V-voy a mostrarte, este lado de mi. No lo hice antes porque pensé que entrarías en panico y... — Suspiró —  Solo quería que supieras que sigo siendo yo...

— Jackson... ¿De verdad crees que podría tenerte miedo? no seas tonto — Bufó — Pero, creo no es el momento de hablar sobre eso — Dijo señalandole las escaleras y una sonrisa — ¿Si escuchas que están subiendo no?

— Lo sé, lo sé — El pelinegro sonrió para luego dar un suspiro — Guarda esto — le dijo entregándole la bolsita de tela que tenía la daga, Mark la sostuvo en su mano. Tomó cuidadosamente la mano desocupada del ojiazul y la puso sobre su cara entrelazando sus dedos a los de Mark — De acuerdo Tuan, cierra los ojos — Le dijo casi en un susurro

Mark ya sabía que Jackson podía cambiar de forma porque lo había leído en el libro que le había dado el papá del pelinegro, además él ya había visto al lobo en Thainart, aunque Jackson le había dicho que solo era energía.

Definitivamente no tenía miedo, es más, desde la primera vez que vió a ese lobo le pareció familiar

Acarició la cálida mejilla de Jackson mientras mantenía sus ojos cerrados. De un momento a otro empezó a sentir como bajo ella, el vello del rostro del pelinegro crecía hasta convertirse en mechones más y más largos. Mantuvo firme su mano sintiendo también el cambio de la anatomía de su cara.

Al abrir los ojos se encontró con una intensa pero familiar mirada color ambar, no podía fingir que no estaba sorprendido, porque lo estaba, dió unos pasitos hacia atrás y parpadeó varias veces mientras se quedaba quieto pero la lengua del animal pasó por toda su cara haciéndolo reaccionar y regresar de su asombro. Se limpió con su brazo mientras dejaba que el animal se acerque a el.

— J-Jackson, ¿Eres tu? — El enorme lobo de brillante pelaje negro alzo sus orejas y le movió la cola, se acercó más a él, avanzando despacio y echando sus orejas para atrás.

Mark extendió su mano hacia adelantante para tocar su cabeza pero el lobo de Jackson al sentir el familiar aroma de Mark, tenía otros planes. Se acercó como dando brinquitos y empezó a restregarse en el chico para que ambos mezclaran más sus aromas haciendo que Mark cayera sentado mientras se reía, un recuerdo pasó por su mente mientras ambos se miraban nuevamente a los ojos. Abrió la boca para decir algo pero fué interrumpido.

— ¡Parece que estan arriba! — Oyeron una voz y ambos miraron la puerta que llevaba a la azotea. El lobo empezo a gruñir acercándose hacia la puerta.

— ¡Espera Jackson! — Le dijo Mark, parándose frente a el — Tenemos que salir de aquí — Empujó su peludo pecho suavemente con sus manos, metió la bolsita de tela a uno de sus bolsillos mientras el lobo se echaba para que Mark pudiera subir a su lomo. Con un poco de esfuerzo el príncipe se subió y se aferró de los largos mechones negros del cuello del lobo. El animal se subió al muro dispuesto a saltar justo en el momento que llegaron los guardias.