XLVIII

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Capítulo 48.


— ¿Pa-padres? — Jackson se giró mirando a Mark con los ojos muy abiertos mientras el peliplateado se abrazaba a sí mismo avergonzado —¿M-Mark... Estas...Tu estás....? —Preguntó casi en un susurro el pelinegro sintiendo como sus propias mejillas empezaban a arder y su corazón se aceleraba viendo como el príncipe le daba una mirada inocente mordiéndose los labios.

— Mark... — Dijo la reina en un tono suave sacando a los chicos de su mundo haciendo que ambos fijaran su mirada en ella. El cuerpo de Jackson por instinto se movió sólo, se puso de pie y se colocó delante del mayor con los brazos extendidos, no iba a permitir que nadie se lo arrebatara nuevamente.

— No se acerque — Jackson habló con un tono serio y su voz ronca. Miró directamente a los ojos a la mujer. Si alguien quería a Mark tendría que pasar sobre el.

— Jackson... — Susurró Mark tomando el brazo del pelinegro y apretandolo mientras se ponía de pie— Está bien... — Le dijo tratando de calmarlo.

— Hijo... — Le dijo ella mientras Mark se ponía al lado de Jackson y daba un paso adelante.

El ojiazul miró a su madre a los ojos. Desde que llegó ella no se había acercado en ningún momento a él, ni para saludarlo, ni para apoyarlo, sólo una vez lo defendió y eso fue todo. Su madre le debía muchísimas explicaciones.

Quería preguntar sobre por que sabía el apellido de Jackson, sobre si en realidad era una loba, quería ser firme y frío... Eso era lo que quería pero sus hormonas tenían otros planes, causando estragos en su sistema y poniéndolo sensible por todo, tanto que las lágrimas amenazaban con empezar a caer. Pero sacudió su cabeza tomando aire para evitar que su voz se quebrara.

— T-tienes mucho que explicarme y... No voy a aceptar nada hasta que lo hagas...

— Mark... — La mujer se acercó a su hijo abrazándolo y emitiendo un aroma que Mark rápidamente pudo identificar, olía a pastel de chocolate, la respuesta de "¿Por qué el era un omega?" estaba ahí, su madre también lo era. Ella tomó su rostro entre sus manos y las lágrimas de ella  empezaron a caer — Siempre, siempre recé para que John, Kath, Lilly y tu... Ninguno... tuviera que cargar con mis errores... Con todo mi corazón rogué para que pudieran llevar una vida normal como humanos, para que esa estúpida profecia no se cumpliera.

— Pero... No lo entiendo... ¿Por qué nunca me lo dijiste??

— Porque no quería creer que la sangre de lobo corría por tus venas. A pesar de que el día de Luna llena en que naciste con tu cabello de ese color no quise creerlo — Dijo acariciando una de las mejillas de su hijo —Cuando los sacerdotes empezaron a relacionarte con la leyenda tu padre y yo estábamos tan asustados. Yo lo sabía, pero no quería verlo, no quería aceptarlo, no quería que pasaras por todo lo que tiene que pasar un lobo. Siempre has sido tan pequeño, tan frágil — Mark aguantaba con todas sus fuerzas no echarse a llorar

— Entonces papá sabe que yo...

— No... Tu padre... No lo sabe... No sabe lo que soy... Lo que nosotros somos — La mujer estaba tan consternada y arrepentida, esas palabras las había querido decir siempre — Queríamos protegerte.

— ¿Por eso siempre me tenían encerrado? ¿Por eso no dejaban que me acercara a nadie? Me sentía tan solo, siempre tan solo... — Finalmente Mark se quebró, todo el dolor y las cosas que siempre había querido decir las diría — Todo lo que quería... Nunca podía mantener cerca las cosas que me importaban...Papá me quiso vender al mejor postor y no dijiste nada... Nadie dijo nada... ¿Esa fué su manera de protegerme?

Guardian Of Your Heart [ Markson | Omegaverse ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora