XVIII

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Capítulo 18.

— ¿Cómo pude decir algo así? — Se repetía Mark mientras se colocaba la camiseta, sentía su rostro ardiendo, como si alguien hubiera pellizcado sus mejillas durante 20 minutos seguidos. Aunque, no es que estuviera mintiendo tampoco.

Siempre le había molestado que la gente pensara o supusiera cosas por él, solo él sabía como se sentía. Pero tampoco había querido decir eso en voz alta.

Mark escuchó a Jackson gritar su nombre, pero no giró. Caminó lo más rápido que le permitían sus pantalones mojados y la falta de calzado, necesitaba alejarse de ese lugar, siguió su camino hacia adelante hasta que sintió que lo tomaban del brazo haciéndolo girar, trató de safarse del agarre, mientras Jackson lo miraba fijamente con confusión, tratando de descifrar las palabras de Mark.

— Duele si aprietas así.

— Lo siento — Se disculpó el pelinegro soltandolo y bajando la mirada, se dió la vuelta y empezó a caminar por el sendero. Lo mejor era aparentar que nada había sucedido.

— Jackson... — Lo llamó Mark y él otro chico se detuvo para mirarlo. El ojiazul se acercó dando unos pasitos hasta quedar delante de él.

Antes de que Jackson pudiera siquiera abrir la boca para preguntar, Mark puso sus manos en sus mejillas y acercó su rostro al suyo, quedándose a escasos centímetros de sus labios, sintiendo el aliento del otro y mirándose fijamente. La sorpresa no le dió tiempo de reaccionar a Jackson, pensó que lo besaría pero el príncipe retrocedió, lo soltó y corrió lo más rápido que pudo por el sendero dejándo al lobo paralizado y confundido. ¿Qué demonios acababa de suceder?

Mark llegó al palacio casi sin aliento, ¿Estuvo bien lo que hizo? Tal vez no. ¿Fue emocionante?. Definitivamente.

Los guardias del palacio se habían familiarizado más que todo con los poco comunes ojos azules y delicadas facciones del príncipe de Teyron, por lo que lo reconocieron y lo dejaron pasar aunque estaba todo mojado. Caminó por los jardines hasta que llegó a su habitación. Los alrededores del palacio le habían hecho recordar un poco a su hogar, pensó en su familia y en que estarían haciendo, no podía mentirse, los extrañaba.

Mark entró y se quitó la ropa, por suerte nadie notó las marcas de su cuello cuando estuvieron paseando. Se dió una rápida ducha y se colocó ropa limpia y seca. Su cabeza estaba tan confundida y sus pensamientos mezclados.

Cualquier persona con un par de ojos podría notar que Jackson era atractivo, pero para Mark ¿Era sólo eso? ¿Le gustaba Jackson? ¿Le gustaban los chicos? pensaba también en su familia, ¿Lo estarían extrañando? ¿Lo estarían buscando? Si llegaba al reino vecino y Jackson lo dejaba solo, ¿Qué haría? No podía depender siempre del otro chico pero tampoco quería separarse de él. Y para colmo estaba esa cosa rara que le había sucedido. Era demasiado en que pensar y como toda persona bajo estrés terminó poniéndose de mal humor.

Minutos después Jackson llegó a la habitación, abriendo la puerta despacio y entrando cuando Mark se disponía a salir.

— ¿A dónde vas? — Preguntó bajito fingiendo desinterés y sentándose en su cama, mientras el otro chico se colocaba la capa encima.

— A dónde sea, no te importa

Hacía exactamente menos de una hora que medio se le había insinuado y lo había tomado del rostro y ahora se comportaba frío y cortante.

Guardian Of Your Heart [ Markson | Omegaverse ] Where stories live. Discover now