ESPECIAL 1: ENCUENTROS, REGALOS Y CORTEJOS

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CORDILLERA DE CANG QIONG-PICO QING JING

223 años atrás


El invierno en Cang Qiong era muy divertido.

Como el pequeño joven maestro del pico Qing Jing, Luo Suibian podía ir a cualquier lugar de la secta sin preocuparse, después de todo, el pequeño joven maestro Shen no era otro más que el cachorro mimado de la secta.

No había maestro o discípulo que no lo adorara.

Si no eran los grandes maestros eran los discípulos mayores quienes siempre cuidaban sus pasos, jugaban con él, o tenían algo que regalarle; aunque los niños de su edad le tenían bastante miedo a su padre alfa, los discípulos más grandes, que conocían a ese cachorro desde la cuna en verdad lo apreciaban.

Por eso, para nadie era una sorpresa ver al pequeño joven maestro Shen en cualquier pico, mirando el entrenamiento de los discípulos, jugando con ellos o siendo burlado por los discípulos omegas del pico Xian Shu, que les gustaba vestirlo con disfraces extraños.

Sin embargo, el día de hoy, con la nieve cubriendo el pico Qing Jing y un bostezo cansado, el cachorro que gustaba correr entrenar y andar por doquier, entró a la casa de bambú tal y como su padre se lo pidió al llegar.

Cerrando la puerta y aferrándose a la capa verde agua que A-Die le había regalado, el niño se acercó a la ventana, se recargó en el marco haciendo su mejor esfuerzo por mantenerse despierto y miró la figura de A-Die volando hacia el pico Qiong Ding, para encontrarse con su Bába tras volver a casa.

Luo Suibian había tenido una genial semana en el Reino Demoniaco, había jugado con los extraños demonios del palacio, entrenó con el tío Mobei-Jun y la tía Sha; y, sobre todo, su A-Die le había enseñado a tomar su forma original y cazaron juntos por primera vez.

Ah, A-Die era el más asombroso, el mejor de todos.

Luo Suibian quería ser igual de genial que A-Die, quería crecer rápido y convertirse en un lobo grande y fuerte que pudiera proteger a Bába.

Tras el siguiente bostezo, Luo Suibian intentó recuperarse, había estado una semana lejos de Bába, quien no había podido ir con ellos por asuntos de la secta; no podía dormirse ahora cuando al fin podía pasar tiempo con sus papás.

Comerían juntos, se internarían en la profundidad del nido, y en la calidez del regazo de Bába le contaría sobre todo lo que había aprendido.

Luo Suibian estaba muy feliz de volver, incluso había logrado terminar ese nuevo abanico que había hecho para él y que sería su regalo de año nuevo.

Así que cuando la figura de su padre desapareció de su vista, el cachorro fue a su habitación para conseguir un libro para entretenerse.

A Luo Suibian le gustaba leer, era raro encontrar un libro para niños que fuera bueno, pero Bába siempre le ayudaba a encontrar los mejores y Luo Suibian disfrutaba de compartir dicho pasatiempo con él.

Cuando Luo Suibian llegó a la habitación, abrió la puerta con educación y entró en silencio.

No había una razón en especial, Luo Suibian era un buen niño y sabía que correr y jugar era para el exterior, sin embargo, cuando llegó a su cama, que estaba a lado del estante, algo extraño detuvo sus intenciones.

En su cama había un objeto extraño, cubierto por las sábanas y edredón.

Sin dudarlo, miró dicho objeto con sospecha.

El Omega y el Emperador: Primera Parte(Fanfic XianWang MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora