CAPÍTULO 39

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Volver a la habitación no fue tan difícil como Wei Wuxian imaginó.

A diferencia de cuando salieron, Lan Wangji estaba mas tranquilo, apegado a él, pero más serio, y aunque a Wei Wuxian no le gustaba verlo triste, lo mejor era encargarse de animarlo una vez que estuvieran donde deberían estar.

Wei Wuxian no sabía a que hora volvería Bichen, pero eso no evitaba que tuviera mucho miedo de que volviera antes de que Lan Wangji estuviera en su cama, durmiendo y a salvo.

Caminando por el puente que llevaba al edificio, Lan Wangji miraba curioso a los peces que nadaban en el estanque, por un momento se detuvo, Wei Wuxian no tiró de él, le permitió mirar tanto como quería y se agachó a su lado cuando este hizo lo mismo, como un cachorro curioso por su entorno.

—¿Lan Zhan? —.

Lan Wangji froto su estómago, sus ojos no se apartaron de los peces y una vez más invocó a su espada Bichen.

—¡Lan Zhan, espera!, esos peces no son comida, si quieres comer pediré algo para los dos y comeremos dentro—.

—¿Juntos? —.

—¡Sí, sí!, comeremos juntos, justo como ayer, comeremos nísperos, tomaremos té y haremos lo que quieras, ¿te parece bien? —.

—Hmn—.

Y como un chico obediente, Lan Wangji siguió los pasos de su marido, quien estaba bastante sorprendido con la gracia y elegancia que le andar de Lan Wangji aun bajo el efecto del alcohol seguía siendo tan hermoso como siempre.

No había duda, Lan Wangji era hermoso.

Caminando entre los pasillos de la propiedad hasta llegar a la habitación, Wei Wuxian cuidó los pasos de su esposo, atento a cada movimiento, cuando llegaron a la habitación, Wei Wuxian abrió la puerta y lo llevó hasta el interior, quedando frente a la cama y lo felicitó.

—Eso es, eres un gran chico, Lan Zhan, hemos vuelto, ahora necesito que te quedes aquí—.

Lan Wangji se aferró a las manos de su marido, temiendo dejarle ir, Wei Wuxian tuvo que tranquilizarlo.

—Calma, Lan Zhan, solo voy a cerrar la puerta, vuelvo en un minuto—.

Cuando Lan Wangji soltó las túnicas de su marido el emperador fue hacia la puerta, miró a ambos lados y al no encontrar a nadie cerró, guardando la llave entre sus túnicas.

No podía permitir que Lan Wangji escapara otra vez, su pobre corazón no podría soportar el perseguirlo nuevamente.

Cuando volvió al punto principal de la habitación, miró a Lan Wangji justo donde lo dejó y sintió paz en su corazón.

Con una brillante sonrisa decorando sus labios se acercó al omega que movía su pie contra la alfombra, como si buscara comprender su textura y forma.

—Lan Zhan—.

Los ojos claros se elevaron, mirando con seriedad a Wei Wuxian, había un lindo brillo decorándolos, sin embargo, se veían un poco opacos, como si algo hubiera apagado aquel adorable fuego que Wei Wuxian había mirado en ellos cuando se encontraron en el bosque.

—Lan Zhan, ¿Qué pasa? —.

Lan Wangji no dijo nada, pero sus ojos le miraron expectantes, deseosos de algo que Wei Wuxian intentó adivinar.

—¿Quieres comer? —.

Lan Wangji negó.

—¿Quieres té? —.

El Omega y el Emperador: Primera Parte(Fanfic XianWang MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora