CAPÍTULO 47

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CAPITAL DEL IMPERIO-PALACIO ROJO DE YILING WEI

Tiempo actual


El pequeño príncipe heredero Wei Yuan era la adoración del emperador.

No había ser vivo en el Palacio Rojo que se atreviera a dudarlo.

Desde el día en que ese cachorro llegó a este lugar cuando aún solo eran casi ruinas de un viejo palacio todos sabían lo importante que era para Wei Wuxian.

Esa noche, con fiebre alta y un Wei Wuxian sosteniéndolo en sus brazos con el temor creciente en su corazón porque ese fuera su ultimo día, el emperador buscó mil maneras de curar al niño, hasta que se acercó a la estatua de ese viejo templo y suplico por la vida de su hijo.

Cuando llegó el día siguiente y la cría sobrevivió un día más, todos supieron que Wei Wuxian adoraba tanto ese niño para rezar a miles de dioses por su bienestar.

Por eso sabían que cuando la noche llegaba y los parpados del pequeño príncipe comenzaban a caer por el cansancio, el mirar al emperador llevar a su hijo a su habitación, listo para contarle un cuento, cantarle y estar a su lado hasta que el niño cediera a su cansancio, era normal.

Sin embargo, mirar al Fénix de Jade caminando hacia la Cueva del Demonio, en donde padre e hijo ya se encontraban fue algo... inusual.

Como una deidad extraída de los cielos, Lan Wangji caminó rumbo a su marido, la capa de emperatriz azul brilló ante la luz de la luna como si fuera tocada por las bendiciones de los cielos, dejando que los bordados blancos iluminaran entre la seda, como estrellas decorando su presencia.

Su cabello simplemente atado en una suelta trenza con una cinta roja al final era lo único que podía verse del omega que portaba un weimao, impidiendo la vista de las ojos claros que brillaban como el oro emocionados y los odios que yacían rojos, como un par de pétalos de rosa.

Bajando las miradas y fingiendo no notarlo, los sirvientes, cultivadores ancianos de Yiling abrieron el paso a los aposentos del emperador a su alteza imperial, el séquito caminó en silencio tras Lan Wangji, sus rostros se mostraban tranquilos, aun cuando la emoción brillaba en los ojos de los niños al poder ser testigos de ese momento.

Porque por primera vez desde que llegó a Yiling, Lan Wangji había accedido a dormir en la habitación del emperador.

Cuando llegaron a las habitaciones, Lan Wangji se armó de valor y tocó a la puerta.

―... Wei Ying―.

―¡Adelante, pasa, Lan Zhan!―.

Con un suspiro profundo, Lan Wangji pasó su mirada a Bichen, el guardián le dio una suave sonrisa, tomó sus manos y con gentileza preguntó.

―¿Estás seguro de esto, Wangji?―.

―Hmn, yo... quiero hacerlo―.

―Entonces te apoyaré siempre, el camino no será fácil, Wangji, pero sé que lo lograras―.

―Hmn, gracias, Bichen―.

―Adelante―.

Tomando entre sus manos aquella bolsa qiankun que había preparado previamente, el corazón latiente con la fuerza de mil conejos brincando en la pradera y el nerviosismo atrapando su corazón, Lan Wangji entró a la habitación.

La imagen fue adorable.

La habitación, que por alguna razón solo olía a A-Yuan y un suave toque del aroma de Wei Wuxian, yacía decorada por sábanas que formaban un camino hacia la cama, lámparas aquí y allá hacían que la habitación se mantuviera iluminada y sobre la cama ya se encontraba un hermoso nido decorado con varios peluches, edredones, sábanas y almohadas.

El Omega y el Emperador: Primera Parte(Fanfic XianWang MDZS)Where stories live. Discover now