CAPÍTULO 27

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Lan Wangji... de verdad quería aprender sobre Yiling.

Estaba haciendo todo su esfuerzo por prestar atención a las palabras de Wei Wuxian y los ancianos, por recordar los nombres, responsabilidades y la jerarquía en la que se componía Yiling.

Pero a pesar de todo, la mente de Lan Wangji había estado en otro lugar desde hacía mucho.

"—Lan Wangji, ¿Por qué te quedaste aquí? —"

Lan Wangji había ganado un aliado, al menos eso fue lo que comprendió, eso fue lo que Bichen le confirmó; pero, aunque Lan Wangji deseaba mantenerse tranquilo, esa mirada fría, tan pesada como una montaña sobre sus hombros, no le dejaba olvidar esa conversación, esa tensa y difícil conversación.

El señor Suibian era el primero que le trataba de esa ruda manera.

No era que Lan Wangji se sintiera ofendido, en realidad comprendía perfectamente el actuar del señor Suibian, después de todo, fueron sus prejuicios los que le hicieron actuar como un tonto, y el señor Suibian claramente sabía lo que pasó en la... primera noche.

Era natural que esa persona estaría tan molesta, con quien intentó matar a su receptor en lo que debió ser su noche de bodas.

Entre más pensaba las cosas, esa incómoda conversación volvía a su cabeza, una y otra vez, como un enjambre de abejas, donde la fría mirada de ese hombre golpeaba contra su conciencia; ni el desayuno, ni la junta con los ancianos o demás, le permitieron a Lan Wangji concentrarse en nada más.

"—¿Por qué ayudar a alguien que técnicamente acabas de conocer? —"

Las palabras del señor Suibian habían sido duras, toscas y concisas, sin una sola duda sobre su voz o proceder, y Lan Wangji entendió, que, aunque parecía un poco absurdo o fuera de lugar, esa persona, el guardián espiritual del emperador, de una manera u otra si era una figura paterna para su marido.

"—Sabes que lo que estás haciendo podría ser considerado traición por tu clan, ¿verdad? —"

No importaba que no hubiera olor, mucho menos que la falta del mismo lo determinara como un alfa estéril, aun si lo hubiera habido, ese honorable guardián no necesitaba haber perfumado en alguna parte de su vida a Wei Wuxian, para que el omega de Lan Wangji supiera que ese hombre veía al emperador como su hijo.

Sí, su hijo.

Un hijo al que quería proteger.

Como un lobo que pensaba que Lan Wangji, era una cría que se atrevía a entrar a su territorio, solo para jugar con el corazón de su cachorro.

Cachorro.

Cachorros.

Como los pequeños niños que se juntaron y conglomeraron fuera de los salones, cuando las clases acabaron, como aquellos cachorros que le miraban como si fuera alguien legendario, tan adorables y pequeños, con mejillas redondas y ojos que brillaban llenos de inocencia.

Cachorros como A-Yuan, que tan pronto lo había visto se había aferrado a sus túnicas lleno de adoración.

―Lan Wangji es increíble, incluso los niños quieren ver al gran Hanguang-Jun después de clases, simplemente impresionante―Lan Wangji sintió la vergüenza postrada en su corazón, mientras los halagos del emperador resonaron contra sus oídos.

Aun así, el omega se agachó extendiendo sus brazos hacia A-Yuan, quien con una sonrisa llena de alegría y la dulzura de su aroma anclándose a Lan Wangji fue hacia él, dejando que las flores del omega le recibieran dulcemente.

El Omega y el Emperador: Primera Parte(Fanfic XianWang MDZS)Where stories live. Discover now