CAPÍTULO 13

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Lan Wangji estaba de buen humor.

Como una deidad divina Lan Wangji camino por los pasillos de ese palacio, las túnicas borgoña se escurrieron por el suelo como lava, la belleza del jade decoro los pasillos en armonía y la gratificación de su presencia, no había nadie más hermoso en ese palacio que la emperatriz de la cultivación y nadie dudaba que esas palabras fueran ciertas cuando el rostro níveo perfectamente proporcionado y las hermosas túnicas con los bordados que le distinguían se volvían el centro de atención, pero Lan Wangji no presto atención en las miradas colmadas de felicidad ni asombro, mucho menos a los comentarios gustosos que se alejaban con el avanzar de sus propios pasos, Lan Wangji, en la profundidad de sus pensamientos no podía dejar de recordar el presente del emperador.

El primer pensamiento de Lan Wangji fue una caja de maquillaje, ridículo y frívolo pero aun así Lan Wangji recordó de quien era y supo que debía haber más allá de la apariencia, la caja era grande, casi cuarenta centímetros cúbicos en su plenitud, de caoba pintada por un barniz negro y orquídeas perfectamente trazadas yacían a su alrededor con pequeños jazmines y hojas de sándalo, todo relucía en Lan Wangji y tuvo que tragar duro para enfrentar su contenido.

No había ni un solo polvo o colorete, ni un espejo o insinuación de ellos, la caja con casi diez cajones contenía de forma sorprendente aquello que fascino en verdad a Lan Wangji, libros, eran pequeños pero gruesos y los títulos estampados en tinta dorada se aprovecharon del corazón de Lan Wangji, dos libros por cada cajón de los poetas más reconocidos de Gusu Lan y los favoritos de Lan Wangji, debajo de cada uno yacía un pañuelo, conejos, lotos, orquídeas, hojas de sándalo, jazmines o simples estampados de nubes se apropiaron de las telas y Lan Wangji se sintió cautivado.

Y en la parte superior de la caja donde podría esperarse que se encontraba un espejo dos pequeñas figuras de porcelana tan blancas como la nieve de conejos mirándose mutuamente sobre dos separadores de libros con estampados de los mismos animales se postraron ante los ojos de Lan Wangji.

Ese Wei Wuxian, lo estaba haciendo muy bien.

Demasiado bien.

Cuando Lan Wangji levanto los separadores para admirarlos encontró una nota, ese hombre, ¿con que saldría esta vez?, Lan Wangji no dudo en abrirla cuidadosamente ante los ojos emocionados del séquito y Lan Wangji sintió que las sorpresas de Wei Wuxian no harían nada para detenerse, con cuidado doblo la nota y cuando sus palabras formaron una orden el séquito tenía una mirada cómplice entre ellos emocionados por lo que tal vez Wei Wuxian estaba escondiendo.

Así que aquí estaba, frente al salón del trono vestido adecuadamente y con la intriga danzarina sobre su pecho ante el plan de ese hombre tonto, lo guardias le saludaron y las puertas fueron abiertas pero tan pronto Lan Wangji estuvo en el interior la ausencia del séquito a su lado le llamo la atención, tanto el cómo Bichen miraron con duda tan solo para recibir las palabras del sonriente Xiao Xingchen.

―El emperador nos ha ordenado que su alteza debe entrar solo con su guardián―Lan Wangji miro confuso a Bichen pero su guardián no se movió de su lado, por el contrario las puertas fueron cerradas en sumo silencio y la soledad se adueñó de Lan Wangji en ese salón con algunas pantallas repartidas alrededor, Lan Wangji se armó de valor y manteniendo presente la compañía de su guardián se abrió camino en el extraño laberinto formado por las pantallas de madera y tapices decorados con dragones, parecía un juego infantil y absurdo pero Lan Wangji lo siguió obedientemente ante la curiosidad divertida que este mismo le provocaba y cuando el final del laberinto visible a sus ojos como el trono mismo los ojos de Lan Wangji se abrieron desorbitados.

Era Wangji.

Colocado sobre la mesa del lugar que le correspondía su guqin brillaba tal como en sus recuerdos, sus dedos sintieron cosquilleos y sus pupilas se concentraron en las nubes talladas como la madera oscura, tan rápido como Lan Wangji pudo se sentó frente a la mesa mirando detenidamente cada cuerda con el miedo de que se tratara de un cruel sueño, una broma ilusoria y cruel creada por su mente de forma mordaz pero cuando Lan Wangji toco con manos temblorosas la madera perfectamente barnizada de Wangji lo supo de inmediato, era su guqin, no había manera de Lan Wangji no recordara la textura, las pequeñas líneas y fisuras, las marca del tiempo sobre la madera y lo áspero de las cuerdas sobre sus dedos.

El Omega y el Emperador: Primera Parte(Fanfic XianWang MDZS)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें