CAPÍTULO 7

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REINO DE GUSU LAN

16 años atrás.

Bichen en realidad disfrutaba su trabajo.

Mas de cien años viviendo y adaptándose a Gusu Lan habían sido suficientes para que Bichen realmente lo considerara su propio hogar, así que caminar a lado de su alteza real, el príncipe Lan Qiren no fue para nada extraño, el omega era quien cuidaba de Gusu Lan con su hermano después de todo y la persona con la que Bichen había trabajado durante los últimos 12 años, pero el día de hoy la razón por la que Bichen llego aquí, caminando hacia las habitaciones de la reina era algo que sabía que llegaría en cualquier momento.

Lo que Bichen vio ese día le rompió el corazón.

―Wangji, el será tu guardián espiritual a partir de ahora, él te ayudara en todo lo que necesites, pero sobre todo te instruirá para que seas un buen cultivador―.

―Bichen se presenta al segundo príncipe, este inmortal se siente honrado por servir como su guardián espiritual―.

―Hmn―.

Porque en medio de la nieve y la soledad la pequeña y lamentable figura del segundo hijo del rey se veía tan desoladora, Lan Wangji, el pequeño Wangji que le miro con ojos opacos sin querer alejarse de la casa de su madre fue lo más doloroso que había visto en su vida, el adorable niño que Bichen prometió cuidar con su propia vida había dejado atrás los últimos intentos por querer esforzarse por interactuar con los demás cuando la única razón por la que lo intentaba se esfumo de este mundo como la niebla.

La reina Lan había muerto y con ello la alegría de Lan Wangji.

Bichen no comprendía su propia relación con su príncipe, porque incluso aunque llego a adorarlo sinceramente él nunca tendría el derecho a profesar ese cariño adecuadamente, Bichen nunca había tenido hijos, esforzó su propio cuerpo hasta la inmortalidad pero el precio de ello no solo fue ver a las personas que amaba morir, sino también saber que nada dentro de él daría vida a un ser de su propia sangre, había quedado seco, tan seco como el corazón destrozado de los príncipes Lan.

El pequeño Lan Wangji se aferró a su mano desde el día que formaron su contrato, el alma como ser de Lan Wangji ahora dependían de su cuidado, Lan Wangji tan adorable y tierno como podía ser con esa pequeña mano suya se aferró a su guardián confiando en él y Bichen acepto el gesto gustoso buscando ser un apoyo para el pequeño, deseando poder trasmitirle que no estaba solo, que no lo abandonaría nunca, Wangji estaría seguro en sus manos, incluso aunque la amable reina Lan se había ido Bichen no dudo en prometerle frente a su tumba que su pequeño A-Zhan estaría a salvo, Bichen jamás se sintió tan comprometido con un trabajo como lo hizo con Lan Wangji.

Pero sobre todo, más allá del deber y la obligación Bichen le daría al cachorro lo que necesitara con tal de evitar que su noble y dulce corazón se secara, con tal de que ese niño no se negara el derecho de amar estar vivo.

La reina se había esforzado por darle a sus cachorros lo que pudo antes de morir, les dio amor, les dio ternura pero incluso el pequeño príncipe heredero tan solo tres años mayor no pudo evitar llorar de vez en cuando en los brazos de su guardián ante lo efímero que fue ese tiempo, ah, Bichen lo entendía, comprendía lo que se sentía perder a un familiar, perder un hogar, incluso aunque Lan Qiren se molestara ambos se esforzarían por preservar tanto como pudieran el corazón de sus respectivos príncipes.

Era su deber, pero para Bichen jamás sería una obligación.

Y así Bichen cuido de él, aprendió a entender entre la ternura de su introvertido ser y lo que Wangji no pensaba correcto permitirse, comprendió su forma monosilábica de hablar y aprendió a leer entre líneas, aunque el omega deseaba que su príncipe viviera una infancia más agradable Bichen no lo forzaría porque la educación que Lan Qiren le estaba dando realmente le inculcaba las tradiciones correctas de su hogar.

El Omega y el Emperador: Primera Parte(Fanfic XianWang MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora