Veintidós

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Bostezo abriendo los ojos despertando por la luz que entra a través de las cortinas.

Tiro de la manta hacia arriba y noto el brazo de Ethan rodeando mi vientre. Giro la cabeza hacia él que está tumbado boca abajo con la cara enterrada en la almohada mirando en mi dirección.

Su pelo rubio está todo revuelto sobre su frente y la almohada, con los ojos cerrados no puedo ver ese iris tan único que me encanta y sus labios entre abiertos por las suaves respiraciones y húmedos por la ligera babilla que le humedece esa deliciosa boca. Es tan guapo hasta dormido.

Y ya no me pongo hablar de su cuerpo porque me vuelvo loca. A pesar de que lleva el pijama puesto. Eso me hace fijarme y pensar. Desde que estamos juntos jamás lo he visto dormir sin pijama, salvo cuando nos dormimos después del sexo, nunca duerme sin camiseta, alguna vez lo ha echo solo con calzoncillos pero nuca si la parte de arriba.

Eso me lleva a bajar mi mirada por su espalda y el recuerdo de las cicatrices en su piel son una confirmación de porqué no se quita al camiseta.

La suave tela azul oscuro cubre su piel tan tersa, suave y brillante como las perlas, algo que me encanta de él. Su tacto es aterciopelado y cremoso que no me canso de acariciarlo.

Aparto lentamente su brazo de mi vientre para moverme apoyándome de costado para mirarlo. Me muerdo el labio. La tela de la sabana apenas llega a la cintura y la camiseta está ligeramente levantada dejándome ver parte de los calzoncillos y su piel.

Respiro hondo y me atrevo a extender la mano en dirección a su cintura. Intento mover despacio la camiseta y en cuanto la agarro y mi mano roza su piel de repente su mano se mueve a toda velocidad agarrándome la muñeca para retenerme.

Me asusto. Y más me asusto al ver su mirada fría sin sentimientos clavada en mi rostro.

Me echo hacia atrás asustada aún con su mano sujetándome con fuerza.

—¿Qué ibas a hacer? —pregunta con voz dura.

Me agarra con fuerza pero no me hace daño, pero lo que siento es miedo ante esa mirada. No me gusta cuando me mira así, no veo a mi Ethan. Veo a un hombre que no me gusta, veo frialdad en sus ojos, veo ira contenida, mucho resentimiento y mucho dolor.

Me arde por dentro verlo así.

—Lo siento —murmuro con la voz aguda.

Él parpadea varias veces mirándome fijamente como si reaccionara y recordara que soy yo a quien tiene delante.

Su mano me suelta lentamente y aparta la mirada como si estuviera avergonzado.

—No volveré a... —intento decir cuando me frena alzando la mano.

—No —murmura cerrando los ojos unos instantes, necesitando recomponerse—. Perdona.

Abre los ojos de nuevo apoyando la cabeza en la almohada cansado y martirizado.

Me acerco a su cara despacio y le acaricio la mejilla. Creo que le acaba de doler más a él que a mí como acaba de reaccionar.

—¿Confías en mí? —murmuro sin romper la conexión.

—Siempre.

Asiento y le doy un suave beso. Miro de nuevo a su espalda.

—¿Puedo...? —dejo la frase a medias porque él entiende a la perfección lo que quiero ver.

Tarda unos segundos dudando más que en toda su vida y finalmente asiente. Se apoya en los codos y respira hondo antes de quitarse la camiseta y dejarme verlo.

Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]Where stories live. Discover now