Uno

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Las mañanas en las que despierto sin estar a punto de morir de sueño en plena calle, pienso que será un gran día. Una enorme sonrisa se dibuja en mis labios cuando salgo de mi comodísima y amada cama y me meto bajo la ducha pensando que todo me saldrá bien porque el sol brilla y mi humor es maravilloso y...

Eso nunca pasa en mi vida.

El universo no está en equilibrio si yo tengo un buen día. No brilla el sol si yo sonrío, no hace calor si yo no llevo un mancha en mi ropa, el planeta no gira si no me huele mal el aliento.

Y desde que decidí mantener las distancias con el hombre del que estoy enamorada por miedo a sufrir el universo se ceba conmigo. El cielo esta gris igual que yo -extraño en la ciudad de Miami pero posible- mi humor esta decaído y como no puedo tener la vida tranquila llueve a mares, tengo el pelo revuelto desde que salí del coche y entre en la oficina. Los correos y mensajes no dejaban de llegar desde que puse un pie en mi oficina, cuanta mas paz necesito mas me putea el mundo.

Claramente hoy el universo a decidido joderme de la peor manera. O si a sido el karma espero que me toque la lotería después de esto.

Sigo estática en mi sitio y no puedo apartar la mirada de esos ojos que pensé que jamás volvería a ver y esa sonrisa diabólica que antes consideraba preciosa ahora me da escalofríos y ganas de vomitar.

—Mi preciosa Loren —dice ensanchando mas la sonrisa en sus finos y labios oscuros—, pensé que nunca volvería a verte.

La saliva se atasca en mi garganta formando un nudo cada mas mas duro y doloroso que me impida hablar, y mis piernas no responden a pesar de que mi mente grita y ordena que salga corriendo de una maldita vez. Recuerdos del pasado están nublando mi memoria y siento ganas de llorar.

—¿No vas a darme un abrazo, bombón? —pregunta abriendo los brazos y torciendo la cabeza como hacía siempre que intentaba parecer un ángel inocente y yo caía como una idiota.

Solo mirarle me causa repulsión. No sé como pude enamorarme de este hijo de puta cabrón.

Yo sigo sin moverme y sin dejar de mirarle.

—¿Os conocéis? —interviene Ethan, parpadeo apartando la mirada de ese ser repulsivo que no deja de escanearme de arriba a abajo.

Siento los ojos llenos de lagrimas sin derramar y estoy segura que mi expresión de haber visto un fantasma del pasado que debería seguir muerto debe de ser un poema por como me mira Ethan.

—Loren —dice Wyatt llamando mi atención, que me niego a darle—, ¿no le has hablado de mi, nena?

Por la forma en que me llama se que no le hace ni pizca de gracia a Ethan que frunce el ceño y aprieta los puños mirando a Wyatt, y ese tono tan despectivo y baboso que esta usando hace que apriete la mandíbula con rabia.

—¿No vas a decirme nada? —insiste pero yo no le miro—, ¿y tampoco vas a mirarme? Me haces daño, nena.

—Deja de llamarla nena —sisea Ethan tensando sus hombros y haciendo crujir sutilmente sus nudillos.

—¡Oh! No me digas que vosotros estáis juntos. ¿O solo follais? —dice Wyatt con fingida sorpresa mirando al rubio—. Pues deberías saber que...

—¡Cállate! —grito recuperando la voz y armándome del valor que él me hizo perder.

Los ojos de Wyatt vuelven a mi y otra vez esa sonrisa diabólica y asquerosa se forma en sus labios de besugo y me jode que a pesar de los años y el asco que le tengo sigue siendo muy atractivo.

—Me das asco —digo con la voz rota y por fin mis piernas deciden avanzar a paso rápido por la salida.

Mis tacones suenan por todo el pasillo y ahora mismo desearía llevar tenis para correr lo mas lejos posible. En lugar de ir hacia mi despacho opto por caminar hacia el ascensor y salir del edificio antes de ahogarme aquí dentro.

Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]Where stories live. Discover now