Veintiséis

656 60 13
                                    

El beso ardiente que deja en mis labios me vuelve frenética pero trato de calmarme. Me siento como en una nube cuando estoy con él y soy tan jodidamente feliz que da miedo.

—¿Vienes a comer conmigo? —pregunta sin dejar de darme besos suaves.

Mis ojos recaen sobre mi mesa llena de papeles y mi portátil con todos los documentos que tengo si acabar.

Hago un puchero triste.

—No puedo —gimo frustrada—. Tengo mucho que hacer.

Ethan hace una mueca triste y de enfado pero se levanta de donde estaba apoyado en mi mesa y coge mi teléfono para llamar a Grace y que encargue que nos traigan la comida aquí.

—¿Que te tiene tan estresada, nena? —pregunta apoyándose detrás de mi silla masajeando mis hombros.

Suspiro y le enseño varios emails de los socios de empresas que Industria Langford tiene desde hace años y que siendo de confianza abusan de mí pidiéndome en los últimos minutos planes y diseños nuevos para publicidad para dentro de una semana.

Ethan se enfada y amenaza con cortarle las pelotas a los accionistas de esas empresas por cargarme de trabajo sin el tiempo necesario. Y no solo a mí porque a primera hora en cuanto he recibo el email tuve que poner a mi equipo a trabajar a toda máquina para recopilar la información necesaria en referente a la empresa y todos los datos de publicadad anterior y estudios de mercado a futuro para comenzar por alguna parte con todo lo que me calló encima para terminar en una semana.

A pesar de estar tan concertada escribiendo, leyendo y revisando todo lo que mi equipo necesita Ethan me hace parar a comer cuando nos traen la comida y aunque me quejo porque siento que el tiempo se me escapa entre los dedos cedo porque la comida huele de maravilla y cuando empieza a cortar el rico chuletón a la plancha y me lo da el mismo me dejo mimar un ratito.

En cuanto consigo echar a Ethan a base de mucho esfuerzo y grandes cantidades de abstinencia, porque seamos sinceras, teniendo a semejante hombre a mi lado no puedo resistir la tentación que él supone para mí y apenas hago esfuerzo por echarle porque, en parte, soy una blanda y no quiero que se vaya.

Media hora después me llega un email que me pone a resoplar y maldecir de la peor manera. Y es que uno de los socios exige mi máxima colaboración en la gala de presentación que quiere realizar a finales de la semana que viene.

Estamos a lunes lo que me obliga a marcharme ahora mismo allí.

¿El problema? Que la empresa es en Francia, específicamente en Versalles.

Suspiro frustrada y no paran de enviarme mensajes exigiendo que venga porque la presentación es la más importante del año para la empresa y me quieren a mí allí con urgencia.

Me llevo el portátil y bajo a la planta donde enseguida reúno a mi equipo y como puedo planifico el trabajo que deben terminar en mi ausencia ya que no tengo otra opción. Encargo a Marisa —la directora digital y la que más útil me será en Francia ya que según su currículum tiene nivel de francés medio— que reserve los billetes de avión del próximo vuelo que por suerte o por desgracia sale a primera hora de la noche.

Salgo corriendo de vuelta a mi despacho después de terminar de organizar la agenda con ella y quedar en que nos veremos en el aeropuerto directamente y recojo mis cosas saliendo de las oficinas después de decirle a Grace que avise a Ethan que salí antes por unos recados importantes.

No quiero avisarle tan pronto que tengo que coger un avión esta noche porque lo conozco lo suficiente para que sea capaz de venirse conmigo y a pesar de mis negativas incluso meterse en mi maleta para que lo lleve y por eso es mejor que espere al último minuto y no dejarle opción. Y a mi tampoco, que también me conozco y acabaría cediendo muy rápido y no puedo aceptarlo porque el también tiene cosas muy importantes que hacer y he visto su agenda y tiene varias reuniones pendientes.

Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora