Cuarenta y cinco

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ETHAN LANGFORD

—¿Estás preparada, nena? —pregunto subiéndole la cremallera de la espalda a la camiseta de neopreno que se acaba de poner.

—Si —responde girandose—. Será increíble.

Se recoge de pelo en una coleta alta y me fascina lo guapa que se ve así, puedo ver toda su preciosa carita y hace poco descubrí que me encanta que se ate el pelo porque puedo agarrarle del pelo follando y eso es muy satisfactorio, sobre todo para ella que la vuelve loca que lo haga.

—¿Señores Langford? —pregunta un joven con un polo blanco, bermudas y una gorra que le tapa la mitad de la cara—. Su lancha está preparada.

Loren salta alegre siguiendo al chico hacia la lancha y yo voy detrás sintiendo un molesto cosquilleo en la nuca que me da mala espina.

Salto a la lancha detrás de Loren y se sienta en el borde esperando que el chico le traiga el chaleco de protección y la tabla que debe engancharse a los pies. En cuanto esta lista se desliza por el suelo hasta saltar al agua y el chico le entrega la cuerda a la que debe sujetarse con ambas manos y se vuelve a los mandos de la lancha.

Lo miro con duda porque esa mala sensación no me abandona.

Loren me mira con una sonrisa que ilumina mis días y me olvido por un momento de las preocupaciones. Me lanza un beso desde el agua y alza el pulgar al chico que pone en marcha la lancha y Loren empieza a alejarse hasta que los metros de cuerda empiezan a tirar de ella.

Pone mala cara porque no es capaz de usar la tabla y el chico de la lancha acelera un poco hasta que el agua ayuda a Loren a levantarse y a deslizarse por las olas. Sonrío al verla tan feliz y levanta el puño gritando alegre hasta que la lancha acelera y se tiene que volver a agarrar para no caerse.

El viento cada vez va a más con la velocidad y yo me pongo nervioso cuanto más nos alejamos de la playa.

Loren se sujeta con más fuerza a la cuerda y yo me giro mirando al tipo que sigue aumentando la velocidad de la lancha.

—¡Eh! —grito para llamar su atención pero no me hace caso—. ¡Baja la velocidad!

Vuelvo a mirar a Loren y me acojono cuando la lancha hace una gran curva cerca de un montón de rocas y siento que todo sucede a cámara lenta cuando mi preciosa mujer se precipita hacia las rocas golpeándose muy fuerte soltando la cuerda hundiéndose en el agua.

—¡LOREN! —grito notando el mundo caerme encima.

Su cuerpo aparece flotando boca abajo y se me aprieta tanto el corazón que no respiro pero no dudo ni un instante en saltar al agua y nadar con todas mis fuerzas hasta ella. El camino se me hace eterno y sigo nadando hasta que me arden los músculos y llego hasta ella dándole la vuelta asustandome más porque no respira.

Le arranco la puta tabla de los pies y la arrastro lo más rápido que puedo hacia la orilla cogiéndola en brazos hasta sacarla del agua y los socorristas llegan rápidos hasta la arena donde la dejo.

—¡Llamad a una ambulancia! —gritan.

Una de las mujeres tira de la cremallera del chaleco y acerca su oído a su pecho comenzando con la maniobra de reanimación y respiraciones boca a boca. Sigo apretando la mano inerte de mi chica acojonado mirando la sangre que resbala por su sien hasta que reacciona y su cuerpo se sacude tosiendo y escupiendo agua.

—Loren, nena —exclamo pero vuelve a desplomarse y sus ojos se cierran de nuevo.

El grupo de socorristas trae una camilla y la suben encima colocándole una bomba de aire.

Llama de la pasión ✔️ [Llamas #2]Where stories live. Discover now